Y estamos a unas horas de la Nochebuena. A unas horas de risas, nervios, celebraciones, viajes, carreras, prisas…

Todo ello para acabar sentados, con suerte, a una mesa llena de exquisiteces varias, y no vayamos a pensar en caviares, bogavantes ni delicattessen del estilo, sino a una buena ensaladilla de las de «toda la vida», una buena sopa de pescado, un buen capón alimentado en casa y esa macedonia de frutas con su punto de vino dulce y canela … ¡Y es que no todas las noches son Nochebuena!

Es pensarlo y recrear sabores y olores.

Son unas Navidades muy importantes por todos los que estamos. Porque hay que dar gracias, y muchas. Porque el año ha sido duro, nos ha puesto y sigue poniendo a prueba día a día. Pero seguimos aquí. Y eso es mucho. Y eso es de agradecer. Y eso es de celebrar.

Mi deseo para estas fechas es poder vivirlas de corazón. Poder olvidar compromisos y protocolos y poder relajarme estando con quién quiero y quien me quiere, ya sea de un modo presencial o en la distancia. Porque hay que vivir cada día como una oportunidad. Hay que vivir cada Navidad como un regalo que se nos da.

Un beso enorme para todos y…

¡¡ FELIZ NOCHEBUENA Y FELIZ NAVIDAD!!

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