De paseo por New York para celebrar Thanksgiving (I)
No recuerdo bien el día del comienzo de aquel curso 3.0 de semimillonarias con alguna de mis imperfectas. Algún día contaré la razón del mismo. Soy incapaz de recordar si los paseos por New York habían comenzado ya de modo ocasional o no.
Siempre me ha gustado estudiar, aprender… perderme entre libros, apuntes… Así es que ¿por qué no atender un curso en el que aprendería cosas nuevas para poder tener una vida más tranquila a nivel material y de ese modo dedicarme a lo que de verdad me importa ? y además, si ese curso era en New York, ¿cómo decir que no?
Está genial compartir el día a día, con risas, cabreos, momentos de debilidad, minutos de euforia… pero claro, a veces la realidad supera con creces la imaginación, y esos momentos tan feos que la rutina te da no te mola seguir poniéndolos al descubierto: movidas en el trabajo, niños que en momentos te superan, … y vale, para eso están los amigos, pero ¿ por qué estar entre quejas si podemos por unos segundos transportarnos a una realidad 3.0, pegarnos unas risas y volver un rato después con las pilas recargadas?
Cuando viajo a New York, por unos momentos mi cerebro se olvida de carreras, problemas, malas caras… por un segundo el ave fénix que llevo dentro resurge, ha recargado pilas tan sólo pensando en algo «chulo» y positivo. ¿Qué eso está mal? ¿Qué hay que ser responsable y aceptar el día a día y autocontrolarse ? Pues sí, es verdad, pero este pequeño juego me gusta y me permite soñar con una de las ciudades más maravillosas y grandiosas del mundo acompañada de unas amigas 1.5 ( termino medio entre el 1.0 y el 2.0, puestos a calificar, aquí la menda no se queda atrás )
Bueno, ya os he presentado qué significan estos viajes y momentos en Nueva York para mí, y ahora os tengo que dejar, porque en apenas unas horas estaré con las Imperfectas, como siempre, aún no sé si estarán todas o no, dependerá de lo cargado que tengan el día, aquí a nadie se obliga, y tengo que terminar de preparar la maleta para trasladarme al loft que tenemos reservado en lo alto de Manhattan, con vistas a Central Park para celebrar juntas la cena de ThanksGiving. Espero que todo salga estupendo. El modelo ya está elegido. Los zapatos probados, probadísimos. Manicura y melena listos para aguantar la cena y luego un rato más de risas y charlas. Imagino que los «personnel assistants» tendrán todo preparado a nuestra llegada, es lo fantástico de vivir a ritmo de semimillonaria…
-¿ Sí? Ok, chicas, casi estoy lista. Dadme un toque cuando el jet esté a punto de llegar que subo a la azotea para unirme a vosotras.
Nueva York… ¡ allá vamos!
¿ Vemos cómo están preparándose el resto?
La invasión Twin