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Mujer : Sentirme así

Blanco o negro. Bueno o malo. Alegre o triste. Alto o bajo. No siempre los extremos están bien, y lo que es más importante, no siempre los extremos nos hacen sentir bien.

Me siento aquí con un pequeño gran pesar junto con una pequeña gran alegría.

Ha sido un día duro. Ha sido un día especial. Ha sido un día rutinario. Ha sido un día diferente…

Sí, no estoy loca. Sí, no miento. Mi día ha sido todo eso, y más.

He tenido momentos de euforia, de cabreo, de angustia … pero también los he tenido de nervios, de emoción, de alegría, de felicidad…

Y soy consciente de que esta alegría que me recorre ahora mismo es efímera. Pero mientras la disfruto me hace sentir tan bien.

Me he asomado un momento al mundo 2.0 y he visto que hay quiénes en este momento mío de alegría no se sienten así. Y entonces vuelvo a poner  los pies en el suelo. Mundo 1.0. Mundo 2.0. ¿ Qué más da? Al fin y al cabo, son mundos y ya está.

Ahora que yo tengo esta sonrisa hay quien se siente en este mismo instante solo, aislado, diferente, fuera de lugar… y cierro los ojos, y me niego a recordar que, en algún momento, en el día de hoy, yo también me he sentido así, y he pensado que sería difícil sentirme  feliz.. Pero ya veis. Aquí estoy. Por un rato voy a disfrutar de sentirme así.

Fuente Imagen: http://t0.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcRc1JYaOh4sGXEUd3v4aYADZDKkgwXIBdXs_5wYFfPYS-Iqb5_icQ

#150Palabras Aniversario (armonía, suspiro y fiesta)

Bajó nerviosa los escalones de aquella fantástica escalinata. Esos preciosos zapatos de tacón no le impedían ir rápida y segura, su vestido largo de gasa en tono turquesa se movía al compás de sus pasos. Miró hacia abajo y descubrió allí a su príncipe observándola con cariño y admiración.

Cerró los ojos y recordó la primera vez que lo vio a lomos de un bonito caballo blanco cabalgando por las playas del sur treinta y cinco años atrás.

Siguió bajando y descubriendo las caras de los allí presentes, recordando al mirar a cada uno de ellos momentos compartidos y vividos. Era afortunada.

Al llegar abajo, besó a su príncipe y agradeció al cielo la vida en armonía compartida todos esos años con él; lanzó un profundo suspiro y se dispuso a disfrutar de la fiesta de aniversario rodeada de sus hijos, nietos, padres y amigos porque era un momento mágico.

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-¿Porqué esos niños están tristes, mamá?

-Porque tienen hambre, cariño.

-¿Y porqué sus mamás no les dan de comer?

-Porque pueden no tener dinero para comprarles comida.

-¿Por qué?

-Por muchas cosas, hijo.

-¿Les invitamos a mi fiesta de cumpleaños?

-¿Tú quieres invitarlos?

-Sí, quiero una fiesta en la que todos los niños puedan comer y estar felices. Aunque sea una tarde.

-Eso es muy bonito. Entonces tendrás que acercarte e invitarles.

(…)

-Mamá, han dicho que sí. Y sus mamás también.

-Entonces, perfecto. Vamos a preparar esa fiesta e intentaremos que todo esté en armonía.

-¿Armo qué?

-Armonía es que todo fluya como si fuerais amigos de siempre.

-Mamá.

-¿Sí, cariño?

-A esa niña ya la había visto antes.

-¿Sí?

-Sí, creo que me gusta.

Suspiro ¿de amor?

-Esa es toda una noticia. Hagamos una fiesta especial. Para que todos los niños estén contentos, aunque sea por una tarde.

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150 palabras es una entrega dominical, creada por Marta, (DiarioDeAlgoEspecial) de una microhistoria o microrrelato, con la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad, y enfocada a los niños. Te daré tres palabras de inicio, y habrá que crear un cuento. ¡de 150 palabras!

Después no te olvides de enlazar con el link aquí debajo y dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar.

Para conocer como nació esta idea de 150 palabras y las reglas, puedes hacer click aquí.

1. Diario de Algo Especial 3. Futura Mamá

2. Eleycia 4. Solomillito de Rana

(Submissions close in 19h 34m)

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Y AdeMás : La Vida es Sueño

“Soñar es gratis”.

No recuerdo el momento en que por primera vez escuché esta frase, y lo peor es que hasta hace muy poco tiempo, ¡me la creí!

Soñar, no es gratis, porque aunque nos sirve como motor para incentivarnos a hacer ciertas cosas con la ilusión de poder al final alcanzar alguna otra que consideramos nuestro sueño, también nos hacen emplear energía, destinar esfuerzos y sacrificios hacia un sueño que no siempre es finalmente alcanzable.

 

Fuente: lugares-sonar-porque-sonar-es-gratis-L-ZAMv6q.jpeg

Según las distintas etapas que vamos viviendo en nuestra vida, tenemos sueños nuevos, algunos alcanzables y otros no, algunos permanentes y otros no.

Entre los sueños permanentes: alcanzar la felicidad, conservar el amor verdadero, que los que queremos siempre estén a nuestro lado…

Entre los sueños nuevos y correspondientes a diferentes etapas: conseguir el amor verdadero, tener un trabajo que nos guste, formar una familia, hacer un viaje, tener hijos, aprender a hacer alguna actividad,  hablar idiomas, envejecer con nuestros seres queridos cerca, tener amigos para siempre…

El problema es que según vas pasando etapas, cumpliendo sueños, y dando otros por perdidos, te planteas si soñar merece la pena o es mejor no ilusionarse con aquellas cosas que difícilmente se van a alcanzar por más esfuerzo que se emplee a ello.

Pese a todo, en mi caso, como diría Calderón de la Barca “la Vida es Sueño” y no podría vivir sin tener un incentivo para ello, un gran sueño: que mi familia sea feliz, cueste  lo que me cueste, implique lo que me implique..

Y a día de hoy, sé que lo que me implica es alcanzar una vida conciliadora a nivel personal y profesional, cosa por la que luché y trabajé el año pasado y tendré que seguir en éste.

Y tú, ¿qué sueños tienes? ¿Son permanentes o nuevos y puntuales? ¿Podrías vivir sin sueños?

Y AdeMÁS Amiga – Recuerdos de Amistad

“Querido/a…”

“Hola … “…

¡Qué ilusión me ha hecho siempre recibir cartas! Ya fuese de gente que hacía tiempo no veía, como de mis amigas del instituto a las que veía todos los días y hacía apenas unas horas que nos habíamos separado.

¡Por no hablar de los Christmas! Tan iguales que me parecen ahora y tan distintos que me parecían antes. Siempre creyendo que estaban elegidos para mí por ser yo, como yo hacía con cada uno que mandaba en función de a quién fuese…

¡ Y esas postales que llegaban en verano!, de esos amigos y amigas que nos mostraban cómo se acordaban de nosotros desde sus sitios de veraneo, ya fuese la playa o el pueblo de sus abuelos…  y que hacían que marcharte de vacaciones supusiese una visita previa al estanco por si luego no había sellos en el lugar de veraneo…

Puedo recordar el momento de abrir el buzón o que subiese mi madre con el correo y dijese que habías recibido algo a tu nombre… ese pequeño ritual de abrir, si era carta, sin que se rompiese más que lo mínimo el sobre, y sentarte a leer esas letras, a las que ponías voz en tu cabeza…  y entonces a preparar la respuesta para enviarla de nuevo. Según la persona en papel blanco, o en papel de colores, con bolígrafo azul ,o de colores… Ahí plasmabas tus sentimientos, ya alegrías, ya penas, de infancia, y las más de adolescencia…

Es curioso, releer de nuevo esas cartas recibidas y encontrarte a través de ellas con la realidad de aquellos años que tienes quizás un poco dormida.

De pronto te das cuenta de gente que ha ido desapareciendo de tu lado y que parecía que la necesitases como el aire para respirar en aquellos momentos. Cuya amistad parecía irremplazable, irrompible. Esas amistades que poco a poco se fueron enfriando, distanciando y hasta olvidando.

¡Ay! Esas amistades de verano que cuando volvías a casa parecía que te iban a volver loca con su ausencia tras haber compartido en apenas diez días “toda tu vida”. Nombres que al leerlos en un sobre te traen mil recuerdos a la cabeza. Sensaciones que viviste se reavivan por unos segundos. Los suficientes para hacerte sonreír y traer al presente un trozo de ti.

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Y entonces me encuentro pensando en la cantidad de cartas electrónicas que escribo ahora a amigos, y que recibo en contestación, y que quizás se pierdan en este espacio 2.0. En esos post del blog que hago, en los de otros que comento… en esos tweets diarios… Letras que no sé si se podrán recuperar dentro de unos años para traer a mi memoria a tanta gente apreciada y querida en estos momentos, ¿tantas sensaciones y emociones compartidas se quedarán perdidas y olvidadas en el limbo 2.0? ¿ Qué debería hacer para en unos años revivir momentos y sentimientos? ¿Imprimir cada correo personal recibido? ¿ Hacer copias de seguridad de los posts del blog y los comentarios a cada uno de ellos?

No quiero perder esa ilusión de recordar esos pequeños momentos al sentarme entre material antiguo cada vez que recoloque un armario. Y temo olvidar lo que he vivido en estos años de la llamada “era digital”.

Quiero, el día de mañana poder sentarme y leer esto que ahora tecleo, porque mi pasado me pertenece, porque mi pasado quiero que se haga algún día presente.

Madre : mi contribución al #dialactancia

Siempre me han parecido curiosos los días señalados para conmemorar algo, porque el día del cumpleaños o aniversario, está claro que lo que se conmemora ese día es especial y único de ese día, pero los días dedicados a enfermedades, movimientos, etc… se me hacen más complicados de justificar, por qué ese día y no otro… Cierto es que muchos de ellos es porque ese día comenzó o tuvo lugar algo muy significativo respecto a ese acto celebrado.

En el caso de la  Semana Mundial de la Lactancia Materna nos tenemos que remontar a 1992 cuando fue instaurada oficialmente por la OMS/UNICEF . Desde entonces cada año ha tenido una serie de motivaciones para dar a conocer la importancia de la misma en este mundo que nos envuelve actualmente. Ver . Y aquí es curioso porque existe el día y la semana. Es cierto que es lo suficientemente importante para necesitar atención a esos niveles, aunque sería interesante que estuviese tan instaurada y respetada que no hiciese falta casi ni celebrarlo.

Es cierto que la experiencia de la lactancia es única. Y eso no debe olvidarse. El momento de tener un bebé en brazos, notar su respiración, ver cómo mueve la carita en la succión, es algo inolvidable. Hay madres y padres que lo pueden vivir y disfrutar vía lactancia artificial, y hay madres que lo disfrutamos  vía lactancia materna.

Me gustaría señalar que para mí ambos tipos de lactancia son y deberían de ser respetados, y aunque hoy este post es para conmemorar  la lactancia materna, no debemos olvidar el resto de lactancias existentes y no englobadas aquí porque detrás de ellas hay historias de todo tipo, y algunas con mucho sentimiento de culpabilidad detrás que, la verdad, como madre, no me habría gustado experimentar, porque ¿qué padres no querrían lo mejor para su bebé?

La lactancia materna, como he comentado, tiene ese halo de magia, o quizás debería decir de complicidad, en la relación mamá-bebé. Desde la postura, que en la mayoría de los casos lleva a un momento relax, hasta el convencimiento de que esa criatura  está siendo alimentada del modo más natural posible, sin nada artificial de por medio, con un alimento  a una temperatura perfecta;  pero también la lactancia materna tiene momentos duros hasta que se instaura y se nota al bebé siempre calmado tras la toma y hasta que esos pechos se acostumbran a esa succión continua y dejan de estar irritados, porque por más que se lea, se corrijan posturas y se consulte, hay unos días o semanas malos, o por desgracia eso es lo que he vivido yo en mí misma y mi alrededor. Pero es cierto que una vez instaurada es una gozada disfrutar de ella.

Yo he optado por ahora, en mis maternidades pasadas, por la lactancia materna en exclusiva hasta los cuatro meses, momento en que me he tenido que incorporar a trabajar, y mixta hasta cerca de los nueve meses. En esos momentos, parecieron cansarse de mamar. No sé cuál fue el motivo, pero lo cierto es que al ir introduciendo alimentos el pecho dejó de parecerles tan interesante y lo rechazaron. No sé cómo me irá esta tercera vez, lo que sí tengo claro es que he sido afortunada porque mis peques me han ayudado a llevarla a cabo y me han hecho sacar fuerzas de dónde creía no las tenía en esos momentos de irritaciones, grietas y dolores que pensé que no se podrían superar.

Esta es mi pequeña contribución para que todo bebé y toda mamá pueda tener opción al derecho de mamar, por una lactancia materna respetada instaurada y aceptada por la sociedad.

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