A contrarreloj 

Volvemos a la rutina!!! … Aunque la verdad es que en ocasiones tengo la sensación de nunca haberme ido de ella. 

Podría decirse que vivo en una continua rutina desde hace un montón de años. Soy incapaz de recordar desde cuando. Quizás desde que terminé la facultad y empecé a trabajar o quizás incluso desde la facultad? No lo sé. 

No consigo recordar desde cuando tengo la sensación de siempre tener cosas pendientes. De no llegar a todo lo que considero que debería llegar. 
Ahora es cierto que tener una familia, un trabajo fuera de casa no facilita mucho las cosas, pero hubo una vez que pese a no tener esa familia dependiente, porque gracias a Dios siempre he tenido una familia, tampoco conseguía llegar a todo, puede ser porque también me metía, bueno y meto, en muchas cosas. 

Y la cuestión es , por qué siempre tengo esa sensación de no llegar, de vivir una contrarreloj constante? Por qué se me quedan tan cortas las horas, los días, las semanas, los meses….?

Estoy segura de que no soy la única. Que hay muchas más personas que se encuentran las cerca de 18-19 horas que están despiertas pensando en cómo hacer las cosas que tienen que hacer arañando el más mínimo minuto al día. En ocasiones me doy cuenta de que es una locura. Porque sí, soy de las que están en el metro y ya están pensando el orden de las cosas que haré cuando salga de él, vamos que hasta la colocación en un vagón u otro e incluso sentarme o no por ganar unos segundos lo valoro. 
Y aquí vamos a lo que me preocupa últimamente un montón: lo que estoy transmitiendo a mis hijas. Porque aunque hago hincapié en que en su día disfruten cada momento, y que hay horas para hacer un montón de cosas, desde estudiar hasta jugar, leer, cantar, aburrirse… Es cierto que eso no es lo que hago yo. Y hay veces que me descubro quejándome de no tener un segundo para parar a comer, descansar, leer o no hacer nada, al hablar con amigas o con mi Santo… Y no está bien, no está bien porque yo no querría ser una mayor como yo… Sin tiempo… Siempre a la carrera trabajando, comprando, recogiendo a las niñas, ayudándoles con sus deberes, acercándoles a sus actividades, cumpleaños de compañeros , primos… Y siempre con la sensación de que dejo muchas cosas por hacer por el camino, ya sean llamadas a mi familia y amigos, visitas de las que me acabaré arrepintiendo de no haber hecho por no hablar de esas fotos de mis hijas aún sin recopilar e imprimir o esos regalos comprados que nunca llegué a mandar o entregar porque se quedaron aparcados y meses después me da hasta vergüenza mandar… Qué levante la mano quien tenga los Christmas de años atrás preparados y pendientes de mandar !!!
Imagino que ser consciente del «problema» ya es un gran paso. Pero me falta el más importante, el de pararme, recolocar todo, pero todo TODO, y llevarlo a la práctica. 
Así es que si tenéis alguna idea de cómo se hace eso de dejar de necesitar hacer un montón de cosas así de la noche a la mañana os agradecería que lo compartierais conmigo.

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