Posts Tagged ‘sueños’

Madre ( de nuevo)

La maternidad es un regalo para mí.

La maternidad es uno de los dones que he tenido la suerte de poseer y disfrutar, aunque como en casi todo lo que tenemos en esta vida tiene algunas partes duras que son necesarias para valorar aún más todas las positivas.
En estos días que estoy volviendo a revivir un nacimiento, un bebé 100% dependiente, noto que aunque es una etapa ya vivida es única al depender del vínculo materno filial que se crea entre la mamá y cada pequeño. Son todos tan diferentes aunque no haya quien te haga notar que es igual que la pequeña por este detalle físico o que la mayor por aquel otro…
Y al igual que noto que es única la relación , noto que se vuelven a repetir miedos, angustias, inseguridades... Es como si hubiese algo en mi interior que no me  permite relajarme y me hace estar en tensión , a la expectativa… Porque no me acuerdo bien de ciertas cosas de las otras veces, y me entran dudas sobre si eso lo viví o me lo han contado o incluso por si lo he leído…
Y  esto, ¿Por qué me pasa?
¶ Quiero pensar que porque es algo tan valioso lo que poseo que no quiero que vaya nada mal por mi culpa, por hacer esto o dejar de hacer aquello.
¶ Porque sé que he sido tan afortunada pudiendo traer este bebé al mundo que me da miedo que se estropee.
¶ Porque sé que ahora mi vida depende de una vida más, y no quiero que este pequeño gran sueño se pueda estropear.

Reflexión sobre bienestar, calidad de vida, conciliación, igualdad I

El día a día de una persona es muy diferente en función de la situación vital en que cada uno nos encontramos, del punto de planeta habitado y de  la cultura que nos rodea… y de muchas más variables, por supuesto.

Al tratar de buscar un punto de partida común, es cierto que resulta una labor compleja.

En ocasiones leemos, o escuchamos, un montón de conceptos como bienestar, calidad de vida, conciliación, realización personal, igualdad… Asimilarlos en nuestro día a día como persona, es harto difícil y, como no, subjetivo.

No podemos evitar compararnos con la gente que consideramos que está en una situación vital similar a la nuestra. Pero a nivel familiar? A nivel laboral? A nivel personal? Y por qué no: a nivel emocional?

Tenemos personalidades tan complejas que, una misma persona, dependiendo del estado vital en que se encuentre los conceptos antes mencionados los puede vivir de distinto modo.

Se me viene a la cabeza una madre recién estrenada. Que no deja de recordar todas esas cosas leídas y/o escuchadas en clases de preparación al parto, o vía consejos de sus mayores, amigas “experimentadas”, etc. Y de pronto su cuerpo con un desequilibrio hormonal tremendo, sintiendo que no da para más, con las 24 horas del día que son un mini bucle que nunca acaba, y pensando que no vale para eso… No se plantea ni bienestar, ni calidad de vida, ni conciliar, ni mucho menos realización personal gracias a esa maternidad que está disfrutando; si acaso, se plantea la igualdad pensando que dónde queda esa igualdad que la hace estar todo el día en una contrarreloj intensa por sacar un minuto para una ducha, para quitarse esos malos pelos de la ceja o tener un segundo para hacer una llamada a ese mundo exterior que sabe que existe, y recuerda haber visto a otras mamis y papis que disfrutan cambiando pañales, o yendo a la compra o saliendo a tomar un café para pegarse unas risas… y en seguida un sentimiento de culpa porque no está dando masajes a su pequeño, por no estar disfrutando al máximo de esos primeros momentos de su bebé, por no tener fuerzas para llegar a la puerta de casa para dar un paseo… sólo deseando que llegue su pareja para compartir esa angustia y responsabilidad y sentir que aunque no iguales, sí comparten ciertos miedos e inseguridades.

Otro flash: una madre de mediana edad. Con esos hijos preadolescentes, de apenas 8-10 años. Ha conseguido mantenerse en el puesto de trabajo que tenía antes de ser madre, pero las cosas han cambiado: esa menor disposición a horarios interminables, a esas reuniones a horas tardías, acaban pasando factura. Piensa en el bienestar que ese trabajo permite mantener a su familia, aunque sabe que no vive con calidad de vida porque levantarse a las 6.30 de la mañana y llegar no antes de las 17.30-18.00 a la casa, no es calidad de vida. Se siente afortunada porque por lo general no tiene que trabajar por las tardes fuera de casa y puede compartir ese tiempo con sus hijos para ayudar en deberes, para escuchar todas esas cosas que se van soltando sin más en una merienda, un recoger un libro… esa preocupación, ese agobio que a ciertas edades son un mundo y sólo la edad, la experiencia y la distancia nos hacen relativizar. Al pensar en la conciliación, su cerebro empieza a bullir. No cree estar conciliando. O si lo que hace es conciliar, no le da la paz que ella cree que debería tener. La igualdad ni siquiera se para a cuestionarla. Igualdad respecto a quién? Respecto a qué? Sólo sabe que es relativamente feliz porque aunque va todo el día corriendo la mayoría de ellos puede estar con sus hijos en casa a una hora prudencial. No es quizás la casa que ella habría pensado al imaginar su calidad de vida y bienestar años anteriores,  pero es su hogar.

¿Podría ser esta mujer la misma? ¿Podría ser esta mujer alguien que conozcas? ¿Podrías ser, o haber sido, esta mujer tú, tu madre, tu hermana, tu amiga, tu prima…?

Fin de Fiestas, Principio de Otros Momentos

“Si todo el mundo cantara una canción, que hable de paz, que hable de amor…”

Puede parecer un comienzo un poco cursi para un post, pero no tanto si consideramos la época del año que acabamos de vivir: Navidad, Fin de Año, Reyes…

La Navidad, año tras año nos hace recordar tantos momentos de la niñez, unos más alegres y otros menos, aunque la verdad es que en la distancia, la mayoría de los que nos acompañan acaban siendo los del primer tipo.

El Fin de Año siempre nos hace replantearnos nuestras vidas personales, profesionales, familiares… es la época del año en que más nuevos propósitos nos hacemos… deberíamos de escribirlos, porque lo mismo se van repitiendo y eso debería ser objeto de análisis por nuestra parte, porque el tiempo pasa, y es una pena no alcanzar esos proyectos recurrentes.

Y Reyes, es un momento de consumismo, sí, pero también de tanta ilusión, de tantos pequeños sueños que esperan poder materializarse en esa mágica noche, en la que sobre todo si tienes la suerte de compartirla con niños pequeños puedes comprobar que soñar es un tesoro, un don precioso y único.

Este año las fiestas navideñas han sido algo extrañas en mi familia, y soy consciente que en muchas otras familias también. Enfermedades y trabajos no han permitido que saliesen estos días como se habían planeado. Pero es cierto, que en mi caso, pese a que diversas dolencias han ido haciendo que las cosas cambiasen de como se planearon inicialmente, el balance final ha sido positivo.

Porque no debemos olvidar que lo importante es poder sacar lo positivo de cada momento, porque cada momento cuenta, y cada momento

es lo que al final recordaremos.

Y sólo pensar en la cara de mis peques en el día de Nochebuena, la mañana de Navidad, la noche de Fin de Año o la víspera de Reyes, entre otros, es más que suficiente para darme cuenta de la suerte que he tenido y tengo, y es un buen “revulsivo” para afrontar el nuevo año con muchísima ilusión. Para que en esos momentos en que parece que no tienen sentido los madrugones del día a día, o las carreras desde antes del amanecer, o esas tardes de deberes que parecen no entenderse, y /o esas cenas que no parecen tener fin porque el día se quiere alargar sin más… para que en esas situaciones pensemos en volver a tener momentos como los de estas Fiestas, de modo que todo el día a día sea más peleable.

Feliz Año! Feliz Vuelta al cole!

Mi carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos,

Agradecida por los presentes que durante vuestro último viaje me brindasteis, no puedo dejar de pensar en los presentes que en lo que va de año me habéis ido dejando y en los que, aunque pueda sonar presuntuosa, en los próximos días me dejaréis.

Soy afortunada por muchas cosas, entre otras por la salud tanto de los míos como la mía propia, y por el hogar que poseo, pero pese a ello, en ocasiones no dejo de sentirme triste, y en ocasiones hasta un poco desorientada… porque la verdad es que no llego a hacer todo lo que me gustaría en las 24 horas al día que dispongo y eso no siempre lo consigo llevar bien.

Es por todo lo anterior, que os ruego, que en los presentes de este año no olvidéis incluir un poco de aceptación de la autolimitación como persona que tengo para ver si así cuando veo que no llego a ser la supermamá, la superesposa, la supermujer, la superhermana, la superhija, la superamiga o la supercompañera… no me sienta culpable, sino que piense en todo lo que sí llego a ser, y a hacer, que seguro que es bastante, aunque siempre me sepa a poco.

Atentamente,

Yo,

Hay días que…

Hay días que parece que te vas a comer el mundo…

Y otros días parece que el mundo te va a devorar a ti…

Hay días que parecen estar al alcance de tu mano todos tus sueños…

Y otros días parece que tus sueños nunca se cumplirán…

Hay días que parece que eres el más afortunado ser…

Y otros días parece que eres el ser más desafortunado…

Hay días que parece que nunca se acabarán

Y otros días parece que nunca empezarán…

Hay días que parece que sólo sabes sonreír,

Y otros días parece que nunca aprenderás a sonreír…

Hay días que… que desearía que fuéramos capaces siempre de ver lo positivo y bueno que hay en cada momento de nuestras vidas y no perder energía pensando en lo que podría haber sido y no fue.

1 2 3 4 5 6