Allí estaba. Había llegado el momento. Se miraba casi de reojo en el espejo, recolocaba una y otra vez el sombrero, mientras su madre iba y venía buscando el bolso, el abrigo, … Estaba nerviosa. Aunque ¿más o menos que ella?
Por fin había llegado el deseado día. La maleta de colores nueva, la mochila que le había acompañado los últimos meses de instituto, el portátil que empezaba a estar pasado de moda pero que a ella le seguía valiendo y siendo tan útil como el primer día.
Cuando su madre se acercó a ella, la dió un fuerte abrazo, inspiró ese olor tan familiar, de seguridad, de cobijo, se preguntó si no estaría precipitándose, y un nudo notó que le bloqueaba el estómago. Bajó la cabeza y le dió un fuerte beso en la mejilla.
Gracias a su madre, a esa mujer, iba a hacer realidad el sueño de su vida.
150 palabras es una entrega dominical, creada por Marta, (DiarioDeAlgoEspecial) de una microhistoria o microrrelato, con la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad, y enfocada a los niños. Te daré tres palabras de inicio, y habrá que crear un cuento. ¡de 150 palabras!
Después no te olvides de enlazar con el link aquí debajo y dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar.
Para conocer como nació esta idea de 150 palabras y las reglas, puedes hacer click aquí.
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La pequeña Lucía estaba emocionada esperando a su padre para iniciar el ritual anual del 5 de noviembre que consistía en visitar el gran árbol del Parque.
Apenas años atrás,lo que comenzó como una mañana más de paseo por el Parque Maria Luisa, en Sevilla, se iba a convertir en un acto especial para el resto de su vida.
Sonreía al recordar que iba en hombros de su padre jugando al veo veo de los colores cuando vió un árbol grande, enorme, a un lado del sendero que recorrían. Su tronco era inmenso y, aunque algo deteriorado , tenía un grandioso agujero a apenas 70 centímetros del suelo.
De pronto salió del agujer0 una ardilla con un chupete.
– Papá. ¿ qué hace la ardilla?
– Llevarse el chupete, que algún niño ha dejado , para proteger su casita con la tetina.
Lucía dejó el suyo.,Desde entonces todos los años llevaba un chupete nuevo a las ardillas.
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150 palabras es una entrega dominical, creada por Marta, (DiarioDeAlgoEspecial) de una microhistoria o microrrelato, con la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad, y enfocada a los niños. Te daré tres palabras de inicio, y habrá que crear un cuento. ¡de 150 palabras!
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Hay momentos en que parece que tu vida es casi perfecta, y otros en que nos parece el más absoluto de los caos…
Hoy dejo unas pequeñas reflexiones para considerar:
- No tienes una casa grande y preciosa, pero tienes un hogar acogedor y agradable.
- No tienes un trabajo por el que pierdas la cabeza, pero tienes un empleo (casi) estable y no monótono.
- No mides 1,80 metros ni tienes una impresionante melena ni el perfil de esa estrella de cine, pero mides lo exacto para ir al lado de tu pareja con tacones perfecta, tu cabello tras una sesión de peluquería da el pego, y tu perfil los días de estima alta está para llevarse piropos por todos lados, sobre todo por ti misma desde el espejo.
- No tienes unos hijos perfectos que obedecen a la primera y dejan siempre sus cosas ordenadas y con que les mires hacen lo que te gustaría que hiciesen, pero tienes unos peques que con su sonrisa hacen que tus preocupaciones se queden en un segundo plano y con un beso suyo sientes que tocas el cielo.
- No tienes una pareja que siempre desee hacer lo que quieres hacer tú y que esté descansada cuando tú quieres hacer un millón de cosas, pero tienes una pareja que se esfuerza porque tu proyecto de vida sea vuestro proyecto de vida y que tus pequeños sueños sean sus grandes prioridades.
- No tienes seguro el tiempo que estarás por aquí pero tienes claro que no quieres perder ni un momento siendo infeliz y lo pasas mal cuando ves que es así.
Un año escolar más está a punto de tocar a su fin.
En unas horas mis peques comienzan sus vacaciones, y este año serán especiales, pues mamá podrá estar los dos meses largos con ellas. Pero esto será tema de otro post.
Atrás van a quedar madrugones, horas de estudio, de lectura, de juegos, de manualidades, de cumpleaños de compañeros, nervios de exámenes… Y como no, atrás quedarán las horas dedicadas a los festivales de fin de curso y en este caso y año al festival de graduación.
Los festivales de fin de curso, año tras año, siguen emocionándome. La preparación de la vestimenta, en la que la abuela siempre echa una mano en cuanto hay aguja por medio, es un clásico. Pero lo que más me gusta es que estamos cerca de un mes con sus canciones y coreografías a todas horas… Y me gusta verles feliz ensayando en casa, tratando de aprendérselas y de hacerlas cada vez mejor. Y pese a que de sorpresa tienen en mi caso muy poco, me sigo sorprendiendo al verlas en el escenario repetir con sus compañeros lo que ellas solas hacían en casa.
La graduación de infantil, es aún mucho más especial que el festival, no por la vestimenta con su birrete incluído, sino por lo que implica, lo que significa. Es el paso a primaria. Pasan de ser los mayores del Cole de infantil a ser los peques del Cole de primaria. Pero ellos están tan contentos e ilusionados… Que nosotros debemos mostrarnos así también, no? Pero a mí me cuesta, pues estoy tan nerviosa por todo lo que ya hemos pasado en un tiempo que me parece tan breve, que necesito tomar aire para seguir…
La graduación ha tenido como un pequeño ritual, ya vivido hace tres años con la mayor, pero lo que ha sido único ha sido la canción de este año, que habíamos oído cientos de veces ya a la peque, y que ella desde el primer dia había dicho que era muy triste… Ha sido una canción muy bien elegida, pero que ha hecho brotar alguna que otra lagrimilla porque al oírla me daba cuenta de que mi peque mediana se está haciendo también mayor.
Pero lo que es absolutamente común tanto a los festivales como lasas graduaciones, son los nervios de los críos antes y durante, y de los padres. Cuando ves a tu hijo con toda la ilusión, sólo piensas que no tenga que pasar un mal rato por un tropiezo, por un lapsus mental… Y así, cuando ves que todo sale bien una gran sonrisa ilumina tu cara y tu estómago se permite descansar. Y sólo deseas cruzar tu mirada con la suya para transmitirle con tus ojos que lo ha hecho fenomenal.
¡Qué sencillo parece todo cuando le ocurre al de enfrente!
¡Qué fácil y clara es la opción a seguir cuando es otro el que tiene que dar el paso!
En estos días de tanto lío interior y exterior, me cuesta tomar decisiones, porque de pronto cada una de ellas parece no tener fin en cuanto a alternativas. Parece que todo llevase a un proceso largo e inacabable, con cientos de variables que apreciar y valorar, y claro eso acaba agotando…y a veces hasta casi paralizando, haciendo que me plantee la misma cosa una y otra vez, pero sin terminar de ponerla en marcha, sintiendo que se me van las energías dándole vueltas a los mismos asuntos, ¡y no estamos para derrochar energía, que cuesta mucho acumularla!
Pero ya sabemos que:
– la vida está llena de buenos propósitos en esos momentos que podemos sentarnos y pensar, que lo complicado es luego ponerlos en práctica porque el día a día nos come con su inercia.
– en ocasiones ese paso necesita de mucha voluntad nuestra pero también de un poco de apoyo del pequeño mundo que nos rodea, ya sea familiar, ya sea laboral, ya sea social, y no siempre se tiene la humildad para pedir ese apoyo o ayuda.
Así que aquí estoy a ver si soy capaz con un poco de reflexión y tranquilidad de poner en orden todo eso que tengo que hacer, quiera o no, para organizarlo por prioridades reales y/o fechas; para ver si de una vez por todas esto empieza a tomar forma antes de que sea demasiado tarde debido a ese pequeño ciclón que está por llegar y va a tratar de poner todo patas arriba de nuevo, porque temo llegue antes de lo previsto y me pille sin los deberes bien hechos.