El 2017 está siendo un año muy «revulsivo» a nivel personal. Un año con una banda sonora de fondo intensa en la que no falta el gran Serrat con su » caminante no hay camino, se hace camino al andar…»
Un año en que los primeros diez meses han dado para mucho. En los que he podido sentir el suelo abriéndose a mis pies, el alma escapándose entre mis dedos y mi esencia, mi corazón, con una gran lucha interior.
Pero he tenido una vez más la vida de cara, y la suerte de haber podido resistir al envite de la desilusión y haberlo utilizado para aprender más sobre mis debilidades y fortalezas personales.
En este camino, he podido por fin darme cuenta de que soy la única responsable de que mi día a día sea especial o no. Valga la pena o no. Sea una oportunidad o no.
No ha sido fácil. Ni lo es. Ni lo será. Sólo he comenzado el camino y soy consciente de ello. Es un camino en el que cuento con mi gran incondicional y mis otros pequeños ángeles, a los que se han ido añadiendo algunas figuras nuevas que he tenido la suerte de encontrar, y conocer, en los últimos meses.
Y lo que de verdad he aprendido es que todo cambio en mi vida va a exigir un cambio en mí misma, un ponerme en camino, porque si no hay movimiento no es posible que las que cosas dejen de ser como son o creemos que son.
No puedo evitar sonreír al pensar en esta última reflexión porque no entiendo como ha sido posible pasar de no oírla nunca a estar escuchando e incluso pensándola casi todas las semanas estos últimos meses gracias a algunos farolillos que he tenido la ocasión de conocer en este nuevo tiempo.
Ese ponerse en camino creo que lo hemos oído todos, pero escuchado pocos. Porque escuchar implica interpelarse, cuestionarse uno qué, por qué y para qué hace, deshace, se deja hacer, deja de hacer… Y contestar implica tomar conciencia de nuestra realidad, una realidad que quizás no queramos asumir ni aceptar porque seguramente nos implicará cambiar, arriesgar, caminar…
Lo mejor de estos meses, ha sido aprender que la persona que más me juzga soy yo misma, que soy la que más puedo hacerme sufrir, pero también soy la que más puede hacerme disfrutar del momento, la que puede decidir quien y/o quienes pueden hacerme daño o no, y esa es una lección que nunca es tarde para aprender.
Y tú, ¿ya estás en camino?
Hay momentos inolvidables, que están destinados a permanecer en tus retinas durante un largo tiempo. El concierto de Alejandro Sanz «Más es Más» del pasado sábado 24 de junio ( de 2017) será uno de esos momentos. ¿Por qué? Pues mis principales motivos son:
– en primer lugar porque creo recordar que uno de los primeros conciertos a los que asistí con el Santo en aquellos años mozos, de responsabilidad cero y juventud infinita, fue de Alejandro Sanz; es cierto que el pobre no lo gozó demasiado (aún puedo verle allí sentado en el palacio rodeado de féminas en pie cantando, dándolo todo, y él sin moverse con un careto alucinante ). Debo confesar que fue una de las primeras veces que no le vi disfrutar con algo y una de las pocas en que lo ha manifestado de un modo tan rotundo en todos estos años. ( Imagino que a pesar de tanta santidad implícita en aquellos días aún le faltaba un poco de ella )
– en segundo lugar porque se desarrolló en un sitio emblemático para mi Santo y mis peques: el estadio Vicente Calderón; desde que se te enteraron de su cierre y demolición ha habido comentarios de todos los tipos pero sobre todo de tristeza y pesar en casa. Este 2017 ha sido hasta un poco agónico sobre todo para mi peque Mayor y el Santo. Han vivido los últimos partidos ahí jugados por su equipo cargados de ilusión pero con muchísima pena, ya que cada partido lo veían como una cuenta atrás para el final de su preciado estadio.
– en tercer lugar, porque me encanta volver a sentir emociones y sensaciones. ¿Por qué? Pues no sé si porque a veces me parece mentira haberlas tenido o simplemente porque he olvidado que soy capaz de seguir teniéndolas. Escuchar el inicio de unos acordes y recordar estrofas; transportarme a momentos de la vida que no recordaba… es una de las mejores experiencias que se pueden tener, o que al menos yo tengo.
Y vivir eso durante unas dos horas y media seguidas es un buen chute de energía que permite recargar baterías en una época del año intensa como es el comienzo de las vacaciones de las peques y el dichoso mes de julio ( esto último da para otro post si es que no ha dado ya…)
– y en cuarto lugar porque tuve la suerte de poderlo compartir con el Santo, que esta vez a diferencia de la primera no lo pasó a «cara perro» y es más hasta tarareó alguna canción ( menos de las que él creía, según me ha confesado) y para mí eso ya es un punto súper a favor para no olvidarlo: concierto de 20 aniversario de Alejandro Sanz , último concierto en el Templo y acompañada del Santo, el mejor compañero posible para un eventazo de este calibre .
Y tú, ¿estuviste en el concierto o te quedaste con las ganas? ¿Tienes algún momento de este estilo grabado en tus retinas?
Hay días que se esperan con muchas ganas. Y hay días que pasan muy rápido y después te preguntas por qué hiciste o dejaste de hacer esto o aquello. Eso es lo que me pasa a mí en los encuentros blogueros: pese a llevar ya unos cuantos a mis espaldas, el directo me descoloca. Este fin de semana tuve la suerte de poder acudir al cuarto evento bloggero madresférico y este es mi recuerdo de este día: (más…)
En este trianiversario quería pasarme por aquí y dejar una entrada porque mi pequeño espacio se lo merece, y se lo debo. Es una fecha tan especial, como ya comenté cuando lo abrí, que es imposible no acordarme de ella.
Hoy celebraremos con los que están y tendremos en nuestra memoria a la que falta, a la persona de la eterna sonrisa, mirada pícara y positividad y esperanza personificada.
Y al pensar en mi blog, me he visto teniendo un mini diálogo con él en forma de canción… Creo que la intensidad de mi vida en estas últimas diez semanas me tiene un poco trastocada ( esperemos que mi autocensura no me impida publicar esos posts que esperan en estado borrador), pero como estoy en fase de trastoque positivo pues allá va!
Seguro que muchos pondréis la música de fondo en cuanto empecéis a leer la canción…
«Hace tres años y un día que escribo en él…
Hace tres años y un día que se ha dejado querer…
Y aunque al hacerlo vivir creí dedicarle todo mi amor…
Mi día a día intenso me hizo hacer un parón …
Quién es?
Soy tu blog!
A quién vienes a buscar?
A ti.
Ya es tarde?
Qué va! Siempre te esperaré, mis líneas son para ti… Por eso vuelve, relléname entradas, vuelca sentimientos, y no te detengas…
( Estás seguro? yo no sé…)
Vuelve, teclea con ganas, guarda borradores y comparte tus temas…
( Estás seguro? mírame…)
Vuelve, soy tu confidente , la vía de escape que tienen tus neuras… Vuelve cuando quieras, aquí esperaré a mi colorida bloggera… »
Con cariño por todo lo que dejo aquí ya sea publicado ya sea en borrador.
Tengo la suerte de tener a mi lado a una de las mejores personas que conozco, y no digo la mejor porque no quiero que se ponga como un tomate al leerme, ya que sé que es mi más firme admirador y lo hará.
En este camino que es la vida, tener una persona así tan cerca, en el día a día , me ha permitido mantener la cordura y querer amanecer todas las mañanas, y eso que algunas han sido, son y sé que serán , muy duras.
En ocasiones es a través de nuestro simple cruce de miradas, (más…)