Posts Tagged ‘hija’

Mamá está nerviosa

Sé que no se debe generalizar, porque cada uno vivimos la paternidad y maternidad de un modo diferente. Los sentimientos que se despiertan en cada uno de nosotros varían según un amplio espectro de matices. Pero estoy segura que muchos habréis descubierto un sentimiento de amor hacia el prójimo del que no erais plenamente conscientes hasta ese instante de descubrir su latido en vuestro interior o su presencia en vuestros brazos aquella primera vez.

Ese amor se traduce en muchas sensaciones placenteras y cordiales, pero también en muchas otras que transmiten angustia, inseguridad, e incluso miedo.

Hoy no dejo de pensar en mi peque mayor. Estoy nerviosa. Sí, muy nerviosa. Algo tan nimio o tonto, para cualquier otro padre o madre que lo ve desde fuera, para mí es un pequeño mundo en estos momentos, y seguramente una anécdota en breve..

La causa de estos nervios, es simple como a tantos y tantos niños le han puesto unos aparatos en la boca para empezar a corregir algunos problemillas. Y no dejo de pensar en cómo habrá sido para ella ese primer día de cole, con un aparato que no te permite hablar y pronunciar correctamente, que tienes que ponerte tú sola sin papá y mamá después de comer el almuerzo, la comida…

Y pienso en:

– Que espero que se la haya dado bien.

– Que no se haya puesto nerviosa al quitárselo, guardarlo, ponérselo de nuevo-

– Que ningún “mal” compañero se haya reído de ella, porque con eso de que los niños son niños, a veces hay cierta crueldad muy gratuita de unos hacia otros.

–  Que haya tenido plena confianza en sí misma para pasar de algún comentario o risa hiriente …

En fin, hay demasiadas cosas que se me vienen a la cabeza, y la mayoría malas, o que podrían acabar en malas sensaciones para ella, y que me ponen triste.

Y sí, ya sé que esto no es nada comparado con cuando empiece con sus primera decepciones de amistad, o de amor, … pero esto es lo que estoy viviendo ahora.

Bueno, me voy, porque sólo quiero llegar ahora, recogerla, que me reciba con su “nueva” sonrisa y me diga “mamá, no ha pasado nada, todo ha ido bien”. Y si no es así, estar allí para darle ánimos y tratar de convencerla que el día de mañana será mejor que el de hoy. ( Sí, tanto para ella, como para mí…)

 

NOTA: salió bien, contenta. ¡ Había podido hacer todo sola! Y «por ahora nadie se ha reído mucho de mí, mamá»

Mi carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos,

Agradecida por los presentes que durante vuestro último viaje me brindasteis, no puedo dejar de pensar en los presentes que en lo que va de año me habéis ido dejando y en los que, aunque pueda sonar presuntuosa, en los próximos días me dejaréis.

Soy afortunada por muchas cosas, entre otras por la salud tanto de los míos como la mía propia, y por el hogar que poseo, pero pese a ello, en ocasiones no dejo de sentirme triste, y en ocasiones hasta un poco desorientada… porque la verdad es que no llego a hacer todo lo que me gustaría en las 24 horas al día que dispongo y eso no siempre lo consigo llevar bien.

Es por todo lo anterior, que os ruego, que en los presentes de este año no olvidéis incluir un poco de aceptación de la autolimitación como persona que tengo para ver si así cuando veo que no llego a ser la supermamá, la superesposa, la supermujer, la superhermana, la superhija, la superamiga o la supercompañera… no me sienta culpable, sino que piense en todo lo que sí llego a ser, y a hacer, que seguro que es bastante, aunque siempre me sepa a poco.

Atentamente,

Yo,

Navidad: tiempo de sueños y conciliación

Estamos en unas fechas en las que ilusiones y sueños están más presentes que nunca en muchos de nuestros hogares.

Es cierto que teniendo hijos pequeños es sencillo dejarse llevar por ellos, pese a los tiempos que corren a nivel laboral y económico a nuestro alrededor, en nuestras vidas… porque los sueños de los pequeños no entienden de crisis, hipotecas y demás historias que a los adultos nos pueden llegar a quitar otro tipo de sueño.

Para ellos desear algo de verdad, con el corazón, “porque aunque a veces se han portado algo mal, han sido muchas más veces buenos,” es suficiente para que pueda convertirse realidad. Bendita inocencia.

Y es en esos momentos en que miro sus ojos, en los que pienso en esos padres que no podrán dar a sus pequeños ninguno de esos presentes que desean… en lo duro que debe ser tener que cortar esa época de ilusión y sueños con la dura realidad a tan temprana edad. Porque debe ser tan descorazonadora esa situación como padre…

Y en todo esto, nos encontramos que esos sueños de juguetes y juegos de nuestros hijos se entremezclan con deseos de vacaciones a compartir, de noches largas de películas navideñas… y aquí estoy, siendo una mamá que no puede hacerles cumplir esos sueños, no materiales, que desean. Porque aunque las cosas se planifican de un modo, al final hay demasiadas obligaciones y cambios en el mundo de los mayores que no permiten que podamos disfrutar de sus días y sus sueños como a ellos les gustaría. Y la palabra CONCILIAR viene a mi cabeza. Y la palabra RESPONSABILIDAD también, junto con INJUSTICIA y NECESIDAD.

Y trato de pensar, y auto-convencerme, que lo importante es tener tiempo de calidad, que lo importante es tener la suerte de poder contar con unos abuelos que nos van a poder ayudar durante una de las dos semanas de vacaciones de las peques… y es que al final, no siempre se puede conciliar cuando el ambiente laboral que uno tiene no lo tiene como prioridad.

Pero como este post es de sueños, deseos e ilusiones, no quiero acabarlo sin hacer patente el mío: que conciliar sea un derecho realmente factible en mi vida en el próximo 2012 y si no, al menos, que yo siga teniéndolo como sueño y trabajando por alcanzarlo.

Felices sueños e ilusiones,

Feliz Navidad!

 

Reflexiones del día a día … conciliación

Hay muchas máximas que rodean nuestro día a día, aunque algunas de ellas sólo se nos revelan de vez en cuando. Una de ellas es lo rápido que se pasa el tiempo cuando lo estamos pasando bien y lo lento que va en esos momentos que nos encantaría que desapareciesen.

Al mirar a nuestro alrededor, puede parecer que día tras día todo sigue igual. Las rutinas son las mismas. Pero no es verdad. De pronto esa rutina con un niño de 1 año se ha transformado en otra rutina, una distinta, con un niño de 8 años. Y tú ya no tienes 28 sino 35 años aunque te cueste verte como tal. Y en esos siete años que separan ambas rutinas, han existido miles de días, millares de momentos, que eres casi incapaz de recordar. Pero que ahí han estado, y han hecho que ese niño de 8 años sea como es y este adulto de 35 sea lo que es.

Es complicado vivir. Es difícil ser padre o madre. Pero lo más complejo de todo es ser un padre o madre que tenga la sensación de que realmente está viviendo y no sobreviviendo en este mundo  que nos ha tocado. Un mundo muy global, muy tecnológico, pero en el que a día de hoy parece una misión imposible vivir para disfrutar de cada momento con los tuyos, con esos seres por los que necesitas trabajar y ganar dinero. No querer ser el número uno a costa de no vivir con los tuyos está mal visto. No querer separarte de tu familia a diario para estar en otra ciudad es no tener compromiso con tu trabajo. No creer en un presentismo laboral sino en un trabajo realizado no es aceptado.

Yo quiero ser la número uno en mi casa, para mis hijos y mi marido, y quiero que mi compromiso principal sea para con nuestro proyecto de vida en común, en el que lo importante no es sólo el estar sino el dar el máximo cuando estoy para que cuando no esté ellos sean capaces de seguir construyendo y alcanzando ese proyecto común que los padres hemos comenzado.

Yo quiero ser capaz de conseguir que en mi casa el día a día sea un regalo, sea un conjunto de acciones, obligaciones, deberes y derechos que nos ayuden a todos a crecer como personas y a aprender y disfrutar del día a día. No quiero que cada día suponga un amanecer a regañadientes y una carrera contrarreloj que acabe yéndonos a la cama con la sensación de cuántas cosas pendientes por hacer. Y para eso necesito que conciliar sea una realidad en mi familia, en nuestro núcleo. Y por eso voy a tratar de luchar. Voy a tratar de que ese sentimiento que me inunda con el silencio de la noche se haga poco a poco realidad y permita que dentro de unos años mire hacia atrás y sonría al ver que he conseguido una familia conciliadora. Sé que no va a ser fácil, que va a ser algo tedioso y habrá momentos de bajón, pero seguro que leer estas letras de vez en cuando me permitirá retomar el proyecto que con tanto tesón muchos hemos comenzado. Desearme suerte.

Esposa y más …

Ha sido un fin de semana de esos de sentimientos intensos. No todo se ha producido en los tres últimos días, porque la semana, y las anteriores, han ido dejando poco a poco su peso, o podríamos decir sus posos.

El nombre de mi blog va referido a esas diferentes facetas que como mujer me componen, o que poseo. Es cierto que en los últimos años públicamente parece que sólo soy la madre de “PA” y “PE” y  la trabajadora “PI” .  Pero yo sé que soy mucho más que eso, sin quitarle nada de mérito a lo anterior.

Y estos días no dejo de darle vueltas a mi faceta de esposa, de compañera de vida. Porque sí, porque monto mi día alrededor de horarios de peques, pero realmente lo hago alrededor de horarios de una familia. Porque estas peques son fruto de un proyecto común, que nació antes de que ellas llegasen a este mundo. Son una apuesta mutua de dos personas que se quieren, que se respetan, que se admiran, y que después de tantos años, han ido creciendo mutuamente y han conseguido ser dos entes distintos, con vidas independientes en el plano profesional, e incluso en algunos puntos del personal, pero siempre dentro de ese proyecto de vida común.

Pienso en esa familia que se ha quedado rota. En ese marido que tendrá que sacar adelante él sólo a su hija, que sí, que recibirá la ayuda de familiares y amigos, pero no lo podrá compartir y disfrutar con su compañera de viaje porque el destino les ha jugado una muy mala pasada.

Pienso en esa madre que apenas tener a su hija se quedó viuda y ha tirado para delante ella sola.

Y también pienso en esa otra que después de más de ocho años de convivencia se da cuenta de que ese proyecto que se pensaban que era en común no era tal, porque ahora se sienten ataduras, renuncias que se han convertido en obligaciones y tiene que seguir la vida con dos hijos y sin saber qué sentido dar a su vida, salvo no el que tiene en la actualidad…

Y ese padre que no entiende por qué la madre de su hija siente que ha renunciado a disfrutar de su vida y su cuerpo por dedicarse a esa hija que la supera. Y ahora tiene que rehacer ese proyecto de vida pero ahora no es común, ahora no sabe ni como llamarle, sólo quiere que su hija sea feliz y nunca sepa que para su madre fue un corta alas… porque él nunca lo supo hasta el momento de la separación…

Y así, casos, y más casos… porque hay días que no recuerdas todos los que salen bien. Porque aunque tú sabes que lo tuyo es especial, siempre hay alguien o algo que te recuerda que será así hasta que se demuestre lo contrario… y entonces tú sabes que será demasiado tarde.

Y qué hacer, cómo seguir? Pues después de darle vueltas y más vueltas, la respuesta es:  Nada y Todo. Hay que confiar y seguir trabajando en el día a día por el proyecto común y nunca olvidar que el amor es la única fuerza que puede evitar que el proyecto se rompa. Y recordar que cada palabra, cada beso, cada conversación, cada caricia, cada llamada a lo largo del día, cada momento compartido y vivido son imprescindibles y necesarios para que esta historia no acabe hasta el último momento de nuestras vidas.

Fuente de la foto:http://robertobiologo.zobyhost.com/modules.php?name=News&file=article&sid=221

Gracias cariño, por haberte cruzado en mi vida y haber querido ser mi compañero de viaje.

Gracias porque día a día me demuestras que lo nuestro es diferente y único.

Gracias por hacerme sentirme la mejor esposa del mundo.

1 4 5 6 7 8