Archive of ‘Reflexiones’ categoría

¡Por la gente genial ! ¡Hurra! 

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Soy afortunada. Aunque a veces lo olvide. Lo soy. Y esa fortuna no tiene nada que ver con bienes materiales o intangibles económicos. Mi fortuna viene de la gente genial que la vida me ha ido dando a lo largo de estos años.

Mucha de ella ya no me acompaña físicamente, bien porque su seres finitos se acabaron, bien porque su paso fue temporal en mi vida, pero tengo la suerte de poder seguir sintiendo de todos ellos su fuerza, su alegría y su nobleza.

Me alegra haber podido conocer y seguir conociendo personas afines a mí y personas totalmente opuestas. Tanto las unas como las otras me permiten salir de mí misma y cuestionarme mi forma de vivir, pensar, sentir, actuar… En ocasiones para reafirmarme en mi modo de ser, en muchas otras para comenzar con pequeños cambios que acaban en grandes logros personales.

  
Me encanta que una sonrisa, un beso, un abrazo, un cruce de miradas, unas palabras en una pantalla o un recuerdo me hagan sonreír y me hagan sentir afortunada por la vida que tengo y la gente genial que me va poniendo en el camino. 
Y tú, ¿tienes la suerte de tener gente genial a tu lado? ¿Se lo haces saber? ¡Pues un hurra por ellos y por ti! 

Lecturas juveniles II : Trilogía divergente

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Como ya comentaba hace unos días
, querer participar del ocio de mis hijas me ha hecho meterme en libros que no habrían entrado dentro de mi rango de intereses, y eso que no suelo poner muchos «pero» a un libro, pero tras escuchar a mi hija hablar de un tal «Cuatro» con sus compañeras, e incluso a la madre de alguna otra ( esto daría , y puede que de , para otro post), llegué a la trilogía DIVERGENTE.

Está compuesta por «cuatro» libros ( vamos a ver si es trilogía como es que son más de tres?!), bueno, para los seguidores puristas son tres: Divergente, Insurgente y Leal. Y el cuarto libro, que se titula Cuatro, es un mero aprovechamiento comercial prescindible según algunos, pero para mí, debido al inesperado final del tercer libro, se hizo necesario, me lo leí y me gustó.
Una vez más, como en la trilogía de los Juegos del Hambre, todo aparece ambientado en un mundo futurista y apocalíptico y de nuevo está dividido, esta vez en facciones que uno mismo elige a una pronta edad, en función de una serie de valores que se tienen o creen tener y que en un periodo de prueba se deberán demostrar. 

  
Me gustó bastante, aunque no llegó para mí al nivel de los Juegos del Hambre; imagino que culpa de ello es el sabor amargo que me dejó el final del libro Leal. 
No, no lo voy a contar. Para muchos es el final necesario, para mí no. Es un final que me parece abrupto y no, no me gustó. 

No obstante, es una trilogía que invita a cuestionarnos quienes somos en la vida y qué nos mueve a vivirla como lo hacemos y a plantearnos que siempre podemos pensar y actuar, y si queremos cambiarla, en nosotros mismos tendremos los medios para hacerlo. 

Además, nos pone de manifiesto lo limitado del conocimiento que tenemos del de al lado, ya sean nuestros padres, nuestros hermanos, amigos… pese a convivir con ellos, ya sea años, meses, … hay una parte tan íntima en todos nosotros que es desconocida para el resto, hay tanta complejidad en el comportamiento que tenemos cada uno de nosotros… Porque, por qué somos quienes somos y como somos en este momento? Nos gusta ser así o somos así para protegernos o proteger a los que queremos? 

Y tú? Conocías esta trilogía? La has leído? 

Día de la mujer ( trabajadora) 

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Hoy es el día de la mujer, o el día de la mujer trabajadora, como lo queráis llamar, para mí ambos conceptos implican lo mismo: no concibo una mujer que no trabaje desde que se levanta hasta que se acuesta (aunque tampoco concibo a un hombre, a ninguna persona , pero hoy mi reflexión se centrará en las mujeres) 

Soy una mujer privilegiada y así me suelo sentir en la mayoría de las ocasiones:

– tuve la suerte de tener y crecer en una familia, con una niñez en la que nunca me faltaron comida, ni cuidados o atenciones por parte de mis padres, y nunca sentí discriminación por cuestión de mi sexo en juegos o actividades en las que participaba con mis amigos o primos a edades tempranas

– tuve la opción de estudiar, y de cursar los estudios universitarios que quería, con mucho trabajo y esfuerzo, pero también gracias a unos padres que siempre confiaron en mí y lo veían como lo más natural de la vida, pese a no haber tenido ellos la oportunidad de tener estudios universitarios. Y tampoco durante esos años de estudios me sentí discriminada por mi género.

– tuve la opción de incorporarme a un mercado de trabajo bastante masculino y de desarrollar una carrera en la que parecía tener las mismas posibilidades que mis compañeros hombres (hasta el momento en que decidí formar una familia y mi esquema de valores se transformó y me di cuenta de que «sólo parecía» salvo si dejaba mis valores aparcados, pero hoy no hablaremos de esto)

– tuve la opción de encontrar pareja y formar una vida en común de modo libre, sin tener que renunciar a nuestras individualidades, pero teniendo en cuenta siempre al otro como parte del día a día y de este proyecto vital

– tuve la opción de tener hijos y la madre naturaleza y mi querida pareja me permitieron una vez más cumplir mis sueños y darme tres soles que son una parte muy importante del sentido de mi existir

 

Tuve opciones, y espero seguir teniéndolas y deseo que todas las mujeres las tengamos, deseo que mis hijas las tengan, pero me duele saber que hay tantas mujeres que no las tienen, ni las tendrán, y es por ello por lo que creo que debemos reivindicar la importancia de la mujer en este mundo y en todas las sociedades.

Porque a día de hoy y pese a tanta globalización y tanto desarrollo industrial y tecnológico como existe:

– hay tantas niñas ( futuras mujeres) que NO han tenido la suerte de nacer en una familia que se las quiera y las valore, y que sólo son vistas como mano de obra barata o posible vía para que su familia mejore de posición por matrimonios impuestos …

– hay tantas niñas ( futuras mujeres) que NUNCA tendrán opción a una educación mínima que las permita aprender a leer, escribir, hablar correctamente; aprender que pueden pensar por sí mismas y decidir, a sentirse dueñas de ellas mismas y a sacar fuerzas para revelarse contra lo que las rodea, aprender que son libres y no pertenecen a nada ni a nadie… 

– hay tantas niñas ( futuras mujeres) que NUNCA podrán elegir donde, como o para quién y por cuanto trabajarán; muchas que ni si quiera llegarán a plantearse en su vida qué quieren o no hacer porque todo les vendrá impuesto por su origen…

– hay tantas niñas ( futuras mujeres) que encontrarán una pareja que no les valore, ni les respete, ni las tengan en consideración. Entrarán en relaciones muy tóxicas para ellas y no verán como salir de ellas y no sabrán ni siquiera que hay colectivos que pueden ayudarlas, y en ocasiones no encontrarán ni en su familia ni círculos de amistades ese apoyo para dejar atrás esas relaciones.

– hay tantas niñas ( futuras mujeres) que NUNCA se plantearán que, tanto ellas  sus hijos, se merecen y pueden luchar por tener una vida en la que ellas sean las protagonistas y en las que disfruten de los mismos derechos y posibilidades que sus padres, parejas masculinas, hermanos, amigos…
 
Por todo lo anterior, y todo lo que no se llega a plasmar en un post:

Sigamos trabajando y reivindicando este día, y el resto de los días, para que todas las personas tengan las mismas opciones y sigamos educando a nuestras niñas y a nuestros niños para que la igualdad de derechos y oportunidades en todos los ámbitos de nuestras vidas sea un derecho inalienable, con independencia de nuestro género, raza o credo.

 

Hay días de … caer y levantar

Hay días

Hay días que parece que llevas el control de tu vida.

Hay días que amaneces y te acuerdas de dar gracias por existir, por vivir, por tener la suerte de amanecer junto a los que quieres, por su salud, por la tuya, .. en fin das las gracias por vivir. (más…)

Micro relato I: Silencio … Miedo 

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Así fue:

La pequeña cerró los ojos y apretó con fuerza los puños, no podía llorar, no allí, no la tenían que oír.

Contó de cinco a cero: cinco, cuatro, tres, dos , uno, cero. Silencio? No. Su corazón seguía desbocado.

  Tomó aire, se tapó la cabeza con la sábana y contó de diez a cero: diez, nueve, ocho, siete, seis … Y escuchó un fuerte grito procedente de la habitación de arriba. 

Trató de recordar por donde se había quedado pero no hubo suerte. Decidió empezar de nuevo. 

Volvió a tomar aire, apretó los puños para que la sábana no se le escapara y comenzó: diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno, cero. Silencio? Empezó a escuchar su corazón más lento y pausado. Abrió los ojos a la vez que abría los puños, se sobresaltó y lloró. 

Una noche más, la pesadilla había acabado.

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