Posts Tagged ‘reflexiones’

Cambio de ritmos

Recién inauguradas las vacaciones, con dos días tras el fin de semana, miro hacia atrás y tengo la sensación que hace mucho que estoy en este estado, y no es verdad.

 Imagino que es positivo, señal de que consigo desconectar. Aunque debo confesar que eso no significa que tenga momentos de debilidad y se me pase por la cabeza cosas pendientes que podría avanzar, pero por ahora resisto y me dedico a mi familia y a mí. Lo considero algo primordial.

En sólo dos días los horarios se han dado la vuelta. Leía ayer algo sobre mamá sargento vs mamá hippie, y es verdad. Ahora a las doce de la noche puedo estar tranquilamente leyendo, chateando, viendo películas, charlando… y a las seis de la mañana no hay problema en que sea o no de noche, media vuelta y a seguir durmiendo… el desayuno cuando la casa amanece ( las peques mandan), la comida después de ratos de juegos y risas, cuando el hambre llama, la merienda a media tarde sin miedo a que se nos junte con la cena, porque la verdad, cenamos cuando ya es de noche, no cuando nos indica el reloj que son las ocho ( porque el horario escolar es duro y no perdona salvo días excepcionales).

Lo más importante de estos cambios de ritmo es que nos permiten disfrutar mucho más de cada momento. O al menos esa sensación tengo yo. No depender del reloj es un lujo. El cansancio nos indica cuando dormir, el hambre cuando comer, y el resto del tiempo es para ocuparlo entre nosotros: jugando, leyendo, cocinando, charlando, tecleando,viendo la TV…haciendo esas cosas que durante el año parecen no tener hueco… o si lo tienen, saben a poco porque se hacen a la carrera…

Lo mejor es hacerlo todo sin contrarreloj, porque sí, el día a día del año, es una especie de carrera para  la que hay sólo  24 horas. Y en ese tiempo hay que dormir, alimentarse, cuidar de los hijos, cuidar de la casa, cuidar de tu pareja, cuidar de ti mismo, trabajar dentro y/o fuera, y … vivir ( aunque a veces la sensación más que de vivir sea de sobrevivir)…

Ahora , que estoy de vacaciones, voy a tratar de ver todo de un modo objetivo y me voy a hacer el propósito de reordenarlo y organizarlo de tal forma que las 24 horas del día a día me parezcan suficientes para todo lo que tengo que hacer cuando vuelva a cambiar de ritmo.

La vida sigue

UHoy, dentro de unas horas, hará una semana que nos dejó…y hoy hace apenas unas horas varias buenayis nuevas han llegado: un bebé, una boda…

Porque la vida sigue. Todo continua su curso aunque algunos dejen este tren.

Y de pronto, parece mentira que algo pasase hace tan sólo siete días… parece imposible hacer planes para esa boda sin contar con esa familia y el nuevo bebé…

Así, nos volcamos en las novedades y nos sentimos más fuertes por un momento para poder llevar esa pérdida con la que se aprende a convivir, aunque aún creamos que eso no será posible y nada volverá a ser como antes.

Pero ¿antes de qué?. Porque si paramos a pensarlo desde que nacemos nos vemos sometidos a muchas pérdidas y vamos amoldándonos a ellas, nos forjamos un carácter, una forma de ser íntimamente relacionada con esas pérdidas:el vientre materno,el regazo de tus padres,…,esos compañeros de edades tempranas, …

Por ello todo nos hace ser las personas completas que somos: tanto lo que perdimos, como lo que tenemos y, por supuesto, lo que tendremos.

Y tú sabes todo lo que te ha aportado todo lo que crees que has perdido?

Mi pequeña oración

¿Somos conscientes de que la vida es una sucesión encadenada de momentos, de horas, de días, de meses, de años… unos agradables, otros menos,… unos felices, otros menos,… unos en soledad, otros en compañía,… unos fríos, otros más calurosos, …?

¿ Cuántas son sin embargo las ocasiones en que tenemos la sensación de que el día ha sido igual que el anterior?  ( Porque, como ya hemos comentado en otras ocasiones, cada día vivimos cosas nuevas, momentos únicos, pese a no ser plenamente conscientes de ellos mientras que nos están pasando)

Hoy se presentaba un día más o menos normal, igual que el de ayer y similar al de mañana, pero no ha sido así.

Hoy me he encontrado con un montón de gente que no esperaba… de un modo no planficado para dar la despedida a una persona que ha sido importante para todos nosotros en un momento u otro de nuestras vidas.

Hoy ya sé que mañana no será como ayer porque ella ya no está. Porque aunque mi día podría ser muy similar, nunca será igual, ya que en el de mucha gente que me rodea su hueco se va a notar, porque su figura en sus vidas nadie podrá ocupar.

Me planteo mi papel como madre, como esposa, como hija, como hermana, como nieta, como amiga… Me planteo que sentido tiene cada uno de ellos sin hijas, sin marido, sin padres, sin hermana, sin abuela, sin amigos…

Descansa en paz.

¿Seres cíclicos?

Estamos casi en agosto. En breve, estaremos de nuevo en septiembre, comenzando el “nuevo año escolar” y haciéndonos nuevos propósitos para este curso, que nos replantearemos cuatro meses después con el “nuevo año natural”.

Pero vamos a lo que en estos momentos nos ocupa y lo que consciente o inconscientemente muchos hacemos, y es decirnos:

… Ahora que:

–   Tenemos a un mes el fin de curso de los coles y a un vista el comienzo

–   Estamos pendientes de poder disfrutar de unos días de vacaciones en familia

… Es el momento de:

–   Hacer balance del año pasado

–    Planificar el que en breve comenzará

Y es cuando yo me veo replanteándome de nuevo las mismas cosas, o a mí me lo parecen, que hace apenas doce meses.

Pienso en cómo voy a organizarme con los coles, los extraescolares, los deberes, los menús semanales, las ropas y calzados de cole y fin de semana, las actividades de fin de semana… y veo que todo va encajando, como en un mecano, y de pronto la duda de meter revisiones de pediatras, meter visitas al médico por posibles catarros, intercalarlo con reuniones de trabajo imprevistas, cumpleaños de familiares y amigos, llamadas y encuentros con esos amigos que te llamarán y necesitarán de ti, o a los que llamarás y verás plof y tendrás que tratar de atender…  y… tener tiempo para mí y para mi pareja.

Empiezo a revisar ese tiempo que nos íbamos a obligar a sacar para nosotros, y veo que aunque en el momento que los hemos tenido nos han parecido un lujazo, al intentar evaluarlos juntos, han sido sólo migajas. Ese fin de semana sólo de mayores: no llegó. Esas salidas una vez al mes como pareja: parece que no han llegado a cinco en todo el año y algunas han sido por casualidad sin planificar ( no, no tengo que contar ir a hacer la compra sin niñas porque se han quedado jugando con sus abuelos o en un cumple de amiguitos)…

Y es ahora, aquí sentada, que pienso si merece la pena gastar la energía en planificar, en tratar de encontrar un equilibrio cuando al final se va sobreviviendo en el día a día… voy tratando de hacer cada momento lo que considero imprescindible para que todo salga bien en ese día, y  sin parar a evaluar cómo afectará ese día a lo que para ese año había planeado… porque la vida es así, una sucesión de días con cosas muy previsibles y otras poco controlables… y así, poco a poco se van pasando los años y vamos viendo cómo nos quedan más sueños por cumplir y menos tiempo ( en teoría por ley de vida) para hacerlos realidad.

Y al pensar en ello no puedo evitar sonreír, porque en el fondo, si puedo plantearme esto es porque tan mal no me va, verdad? Vamos a ver si en doce meses algo he podido cambiar: al menos el no sentirme mal al revivir mi ciclo vital.

Emoción, nervios, ilusión…

 Hay sentimientos que afloran en momentos de la vida muy especiales.

Es cierto que no puedo olvidar aquél primer beso, aquellas primeras vacaciones… y aunque según se viven parece que son los más mágicos y maravillosos y que nunca volverás a tener esas sensaciones tan únicas, en el momento en que un hijo llega a tu vida te das cuenta de que estos sentimientos no dejarán de repetirse.

La primera vez que ves su ecografía, el sonido de su corazón, sus movimientos en tu vientre… y ese primer contacto piel con piel, todo cambia en tu vida en cuestión de segundos.

Siempre he sido de lágrima fácil, pero desde que soy mamá, reconozco que hay demasiadas cosas que me hacen reaccionar con muchísima ilusión, alegría y emoción: sus primeros gestos, sus primeras miradas, caricias, sus primeras palabras con lengua de trapo, sus primeros pasitos, su primer mamá, su … son tantos momentos y todos ellos tan especiales, porque… pues porque sí, porque vienen de ellos.

En estos días, de fines de curso, y fiestas varias, una no puede evitar los nervios de preparar los trajes para los festivales de los peques, las sonrisas de complicidad al vivir con ellos los ensayos en cualquier momento del día con sus hermanos, …

Y llega el gran día! Hoy he tenido el primer festival de este año y un año más no he podido evitar emocionarme y echar alguna lagrimilla al ver a mi princesa bailando en el escenario disfrutando del momento con sus compañeros y sintiéndose especial. Ver esa sonrisa no tiene precio.

Soy afortunada, porque este es el sexto festival de seis que he ido. Y los seis los hemos visto en familia. Y soy consciente de que esto no es algo que puedan hoy en día afirmar y disfrutar muchos padres, a los sitios ocupados por abuelos me remito.

¿ Y tú, con qué te emocionas?

1 4 5 6 7