Posts Tagged ‘organizar’

Reflexiones del día a día … conciliación

Hay muchas máximas que rodean nuestro día a día, aunque algunas de ellas sólo se nos revelan de vez en cuando. Una de ellas es lo rápido que se pasa el tiempo cuando lo estamos pasando bien y lo lento que va en esos momentos que nos encantaría que desapareciesen.

Al mirar a nuestro alrededor, puede parecer que día tras día todo sigue igual. Las rutinas son las mismas. Pero no es verdad. De pronto esa rutina con un niño de 1 año se ha transformado en otra rutina, una distinta, con un niño de 8 años. Y tú ya no tienes 28 sino 35 años aunque te cueste verte como tal. Y en esos siete años que separan ambas rutinas, han existido miles de días, millares de momentos, que eres casi incapaz de recordar. Pero que ahí han estado, y han hecho que ese niño de 8 años sea como es y este adulto de 35 sea lo que es.

Es complicado vivir. Es difícil ser padre o madre. Pero lo más complejo de todo es ser un padre o madre que tenga la sensación de que realmente está viviendo y no sobreviviendo en este mundo  que nos ha tocado. Un mundo muy global, muy tecnológico, pero en el que a día de hoy parece una misión imposible vivir para disfrutar de cada momento con los tuyos, con esos seres por los que necesitas trabajar y ganar dinero. No querer ser el número uno a costa de no vivir con los tuyos está mal visto. No querer separarte de tu familia a diario para estar en otra ciudad es no tener compromiso con tu trabajo. No creer en un presentismo laboral sino en un trabajo realizado no es aceptado.

Yo quiero ser la número uno en mi casa, para mis hijos y mi marido, y quiero que mi compromiso principal sea para con nuestro proyecto de vida en común, en el que lo importante no es sólo el estar sino el dar el máximo cuando estoy para que cuando no esté ellos sean capaces de seguir construyendo y alcanzando ese proyecto común que los padres hemos comenzado.

Yo quiero ser capaz de conseguir que en mi casa el día a día sea un regalo, sea un conjunto de acciones, obligaciones, deberes y derechos que nos ayuden a todos a crecer como personas y a aprender y disfrutar del día a día. No quiero que cada día suponga un amanecer a regañadientes y una carrera contrarreloj que acabe yéndonos a la cama con la sensación de cuántas cosas pendientes por hacer. Y para eso necesito que conciliar sea una realidad en mi familia, en nuestro núcleo. Y por eso voy a tratar de luchar. Voy a tratar de que ese sentimiento que me inunda con el silencio de la noche se haga poco a poco realidad y permita que dentro de unos años mire hacia atrás y sonría al ver que he conseguido una familia conciliadora. Sé que no va a ser fácil, que va a ser algo tedioso y habrá momentos de bajón, pero seguro que leer estas letras de vez en cuando me permitirá retomar el proyecto que con tanto tesón muchos hemos comenzado. Desearme suerte.

Por qué apoyo Conciliación Real Ya

¿Qué es lo que mueve el mundo de cada uno de nosotros? Seguro que aunque habría tantas posibles respuestas como personas, casi todas tendrían un denominador común: los sueños.

Hay muchas cosas que nos preocupan desde que amanece hasta que nos acostamos. Y una de esas, de las que no se nos van de la cabeza es cómo poder hacer malabarismos un día tras otro para poder cubrir las necesidades de nuestros hijos tanto a nivel material como presencial. Cómo estar a su lado cuando están sanos, cuando están enfermos, cuando tienen que estudiar, cuando tienen que actuar, cuando tienen el primer desencuentro con su compañero/a del alma…y cómo mantener unos ingresos para cubrir las necesidades materiales que consideramos básicas… porque para ellos siempre lo mejor de lo mejor…

Y todo esto hay que hacerlo en una sociedad en la que los valores que la constituyen dejan en múltiples momentos mucho que desear.

Cuando parece que hay que elegir entre trabajar fuera de casa o quedarse en ella porque no hay demasiada consideración a que en tu escala de valores el trabajo sea un medio para vivir, y no el fin de la vida. Es más, la frase «el trabajo debe de ser lo primero» se escucha de modo habitual en muchas oficinas y despachos.

Pero las cosas no tienen por qué ser blancas o negras. Si somos seres educados y formados debemos poder aceptar, y ser capaces de gestionar, porque el tiempo de trabajo es sólo una parte del día, y  el resto del día cada uno debe poder disfrutarlo con los o con lo que quiera.

Creo que un problema grave es el presencialismo en el que vivimos a nivel horarios, el pensar que si un padre o madre llevan a su hijo al pediatra no pueden estar comprometidos con su trabajo, y olvidar a menudo que lo que no es bueno para uno no es bueno para los otros ( no puedo creerme que un padre no pueda ponerse en el lugar del otro cuando su hijo está enfermo o hay una reunión en el colegio…)

Considero que los horarios si somos responsables y respondemos con un buen trabajo pueden ser en ocasiones más flexibles, lo suficiente para poder llegar a más cosas sin la lengua fuera, o sin la sensación de ir contrarreloj todo el día. Y que las excepciones se pueden hacer, por qué no? Y por qué no pueden llegar a hacerse costumbre o hábito? Y por qué no pueden llegar a regularse?

Éstas son sólo unas breves reflexiones personales, que me hacen querer apoyar y creer en #ConciliacionRealYa . Este movimiento lo podéis seguir en twitter @conciliacion_RY y en Facebook.

Tiempo de nuevos propósitos

Estar tumbada en una gran cama a la vez que se teclean pensamientos y sentimientos con el mar al fondo, las palmeras moviéndose es todo un lujazo y muy grato cuando se procede de una ciudad sin playa, donde el asfalto abunda y es complicado teclear desde la cama con vistas a zonas verdes…

Aunque ahora que lo pienso, si pusiese mi cama sobre una gran plataforma de casi un metro y cambiase los tabiques de la casa para que me cupiese la cama en esa nueva posición, es posible que sí que pudiese ver las zonas verdes aunque lo del mar y las palmeras se complicaría… salvo si pusiese un bonito poster como el que tenía en mi habitación cuando era joven, aún más, y me encantaba soñar e imaginar ( aunque esto no sé si aún más que ahora)… pero en este último caso, no me haría falta la plataforma ni tirar tabique alguno.

Parece que todo es mejorable si nos lo proponemos y nuestro estado de ánimo es el correcto. Aunque claro, antes o después, hay que elegir. Y ser consecuente con los resultados de la elección. Esto último es primordial para tratar de estar y ser felices con nosotros mismos. Y como todos sabemos con los que nos rodean.

Siempre pienso que no depender del reloj, ya es en sí estar de vacaciones. A mis peques desde que empiezan las vacaciones escolares, les trato de hacer ver lo afortunadas que son porque tienen casi tres meses para hacer cosas distintas de los otros nueve meses. Porque aunque haya cosas que parecen las mismas, al final, el conjunto en el día, es muy diferente a un día escolar. Quiero que valoren cada día por sí mismo. El día escolar, el día de fin de semana, el festivo entre semana, el festivo de Navidad, el festivo de Semana Santa, el festivo vacacional de verano… No quiero que vivan pensando sólo en el fin de semana o en las vacaciones, porque eso ya lo hago yo y no me crea felicidad, es como descontar días, y eso no te hace disfrutar de cada uno de ellos.

Cuando puedes pararte a pensar, te das cuenta de que cada día, al terminar, te deja un montón de momentos únicos. Lo que pasa es que rápidamente los olvidamos. Sólo recordamos lo rutinario. Sólo evocamos lo súper buenísimo o lo súper malísimo. Pero en 24 horas son tantos momentos los que tenemos: buenos, malos, súper buenos, súper malos, … y todos ellos en el fondo únicos, diferentes, salvo que nosotros no lo queramos ver así.

Al estar aquí tumbada pienso en lo escasas que me suelen parecer las 24 horas de cada día.

Hay que hacer tantas cosas con 24 horas.

Queremos hacer tantas cosas en 24 horas.

Hay que dormir, hay que comer, hay que cuidarse, hay que cuidar a los peques, hay que cuidar a tu pareja, hay que cuidar a tus padres, hermanos, familiares, amigos, hay que trabajar, hay que limpiar, hay que comprar para alimentar, hay que… y claro todo esto hay que hacerlo de algún modo más o menos ordenado, es decir, hay que organizarlo y planificarlo… pero como no estamos solos ni controlamos todo, y somos simples humanos, no vale con organizar y planificar, sino que hay que reorganizar y replanificar cada vez que alguna de las cosas planificadas sufre alguna variación respecto a lo inicialmente planificado ( ya sea de duración, de inicio, de finalización, de resultados esperados, de personas que intervenían …)… De ahí que el buen propósito de planificar en mi caso no dure mucho pues pronto empiezo a ver los incumplimientos y el tiempo y esfuerzo que me supone actualizarlo y me frustre y lo deje…

No obstante, como septiembre empieza mañana, y es el momento de los buenos propósitos, yo voy a comenzar con dos muy sencillos y que no van por el momento sujetos a horarios definidos de inicio y finalización:

–          uno es tratar de ser una mujer H.A.P.P.Y. Os dejo el link sobre la definiciòn que hacen Cathy Greenberg y Barrett Avigdor http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2011/08/29/21614/Fuera-culpa-guia-para-madres-trabajadoras-felices.aspx  

–          y otro es intentar asumir que las cosas pueden estar bien aunque se hagan de un modo distinto al mío ( en mi caso es muy importante porque si mi marido hace cosas pero luego voy “revisándolas” siguen colgando de mi cabeza, y eso quiero empezar a evitarlo y superarlo, creo que me vendrá muy bien, y además me gustaría este año darles nuevas responsabilidades a mis peques peques porque se me están haciendo peque grandes y esto me ayudaría mucho)

Voy a ver no obstante si en las próximas semanas, y tras iniciar el nuevo curso escolar, hacemos una buena planificación en familia para poderla ir revisando de modo periódico y poder organizar el tiempo de todos para tener tiempo de calidad como familia y como individuos.

Ahora, voy a volver a perder la mirada en esas palmeras, y voy a disfrutar de estos momentos de silencio y de pensamientos propios. Voy a tratar de acallar esos pensamientos sobre reuniones, uniformes, horarios,… que dentro de una semana tendré que vivir a estas mismas horas. Bendito mar. Bendito descansar.

Y tú, te has planteado ya cuáles van a ser tus buenos propósitos para este nuevo curso?

1 2 3