Estaba yo pensando en un plato principal para preparar para la cena del 31 de diciembre de esos que si no se comía la misma noche se pudiese comer uno o dos días después sin ningún problema…
Y era de esas veces que no quería repetir ninguno de los platos de años anteriores, y además quería dejarlo listo el día antes pues el mismo 31 tenía que trabajar al menos hasta las tres, así que llegaría para una ducha rápida y preparar los entrantes.
Se me ocurrió preguntar a un grupo de amigas. Y rápidamente una me lanzó esta idea y la transformó en reto. Aquí tenéis el reto Pollo a la catalana pasaros para ver sus trucos así como los de la gente que ha ido cocinándolo y comentando.
Os copio del blog del reto los ingredientes y la preparación, ¡ah! esta receta aquí copiada es para hacerla con la Thermomix:
INGREDIENTES:
50gr Aceite de oliva
5 dientes de ajo
100gr de tomate maduro
130gr de cebolla
8 muslos de pollo
Sal y pimienta
1 Hoja de laurel
230ml coñac
20gr de piñones
1/4 palito de canela
20 ciruelas pasas sin hueso
PREPARACIÓN:
Poner el aceite y los ajos, programar 5 minutos-temperatura Varoma,velocidad 3 y medio.
Añadir cebolla, poner 5 minutos,varoma,giro a la izquierda, velocidad cuchara.
Añadir tomate,el pollo salpimentado y poner 10 minutos,varoma,giro a la izquierda, velocidad cuchara.
Incorporar el resto de los ingredientes, canela,laurel, coñac,ciruelas y poner 25 minutos, varoma, giro a la izquierda, velocidad cuchara
Cuando falten 5 minutos añadir los piñones.
Listo!
Yo os diré que mi receta, en vez de piñones fue con almendras. Estaba yo el día 30 buscando los ingredientes, cuando la cabeza me jugó una mala pasada. Y en vez de recordar 20 gr. de piñones recordé que eran 200 gr. Allí estaba yo enfrente del mostrador de los piñones viendo que eran a 60,00€ el kilogramo. Hice un poquito de cálculo mental, cálculo rápido y leches, me tenía que dejar 12,00 € en piñones! Yo buscando una receta sencilla y económica y entre el brandy, las ciruelas y los piñones la cosa me iba subiendo… Así que sobre la marcha, hice un cambio: piñones por almendras. Y listo.
Tuve que hacer dos tandas de pollo, puesto que con un kilogramo no era suficiente. Una la hice con todo brandy. Otra con parte de brandy y parte de agua, a mitad. Y la verdad es que me gustó más 100% brandy. Así que lo mezclé y listo. Debo decir que lo hice con dos pollos troceados.
Es cierto que el día siguiente está mucho mejor, y dos días después está tremendo. Yo el día de fin de año no lo acompañé con nada más, pero dos días después con unas patatas fritas iba fenomenal.
Lo he vuelto a hacer un mes después de nuevo. Esta vez con contramuslos. Y me ha gustado más cómo ha quedado porque apenas se ha deshilachado el pollo. Y os confieso una cosa, esta vez la canela la he echado molida y no he puesto ni piñones ni almendra. He echado 130 gr. de brandy y 100 gr. de agua y ha quedado bastante consistente la salsa.
Animaros, es sencillo, y muy agradecido, aunque no os guste mucho la mezcla del dulce salado, deciros que las ciruelas apenas se ven, y dan un sabor espectacular.

Otra vez era domingo.
Lota saltó de la cama. Quería ver qué tiempo hacía y subió la persiana de su cuarto para mirar hacia el exterior, hacia el parque. Una gran sonrisa se dibujó en su cara: Había amanecido un día soleado y el suelo ya no estaba mojado ni embarrado pese a la intensa tormenta de la noche anterior.
Salió de la habitación corriendo y entró como un pequeño torbellino en la habitación de sus padres:
-¡ Mamá, levanta! ¡ Parece que hoy sí podremos salir a que me enseñes a montar en bicicleta!
Esa mañana Lota ayudó a preparar los desayunos y se tomó el suyo a muy buen ritmo, pues quería poder salir a estrenar la bicicleta que le habían regalado los Reyes Magos tres semanas atrás.
Cuando ya estaban listos para salir, mamá preguntó:
– Lota, ¿llevamos el cubo y la pala?
– No, mamá, ¡ hoy soy mayor!

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150 palabras es una entrega dominical, creada por Marta, (DiarioDeAlgoEspecial) de una microhistoria o microrrelato, con la que podemos dar rienda suelta a nuestra creatividad, y enfocada a los niños. Te daré tres palabras de inicio, y habrá que crear un cuento. ¡de 150 palabras!
Después no te olvides de enlazar con el link aquí debajo y dejar un comentario en cada uno de los blogs que decidas visitar.
Para conocer como nació esta idea de 150 palabras y las reglas, puedes hacer click aquí.
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Ya hemos pasado
enero.
El año 2013 está más que comenzado y a mí apenas me está dando tiempo a pasar por aquí.
Mi pobre niño pequeño parece que está un poco abandonado pero no es verdad.
Lo que ocurre es que la vida es cuestión de prioridades en lo que a tiempo se refiere… y cuando una es madre de peques pues ya se sabe donde acaba una poniendo las mismas…
Aun así, sigo tratando de alargar al máximo los días porque las 24 horas se me quedan cortas. Todavía no he dado con la fórmula secreta para sacar al menos unas cuatro horas más y como el 2012 lo acabé agotada, durmiendo apenas 4 horas (y no del tirón, la verdad…) me he propuesto dormir en este 2013 al menos 6 horas… y eso me hace que el tiempo que puedo dedicar a este pequeñajo se resienta.
He estado leyendo listas de propósitos para este 2013 de un montón de amigas y compañeras blogueras, pero yo por ahora creo que con tener algo de tiempo para poder dedicarlo a mis historias culinarias, a mi reencontrado macramé, y a esos retos que me voy encontrando entre blogs amigos voy servida…
Porque claro, ponerse propósitos en un año que viene cargado de acontecimientos y proyectos pues es complicado y complejo… y tal y como están las cosas, no quiero releer esto dentro de unos meses y ver que mis propósitos se quedaron en un cajón…
Pues nada, a disfrutar del 2013, y si me vais acompañando os enteraréis de esos nuevos proyectos y acontecimientos que me van a rodear.
¡Feliz 2013!

Me gusta cocinar, me gusta escribir, me gusta anudar, me gusta estudiar, me gusta cantar, me gusta perfeccionar… en fin, resumiendo, me gusta aprender, y si son cosas nuevas para mí, pues mejor…
Pero muchas veces el día a día me va comiendo y voy posponiendo ese momento de hacer esto y aquello.
Considero que siempre me es más fácil hacer cosas cuando hay más gente implicada en ello. Es como que si yo sola no tuviese al final la fuerza de voluntad para hacer cosas distintas, si sólo me afectan a mí, dentro de las cosas cotidianas del día a día.
Es por eso, que me he puesto a seguir dos retos y a participar en ellos. Uno lo comencé el año pasado, y el otro es nuevo:
– El primero de ellos está ligado a mi gusto por la escritura: lo estoy cultivando gracias al reto de las 150 palabras que es una entrega dominical a la que he fallado en muy pocas ocasiones desde su creación. Si quieres ver el reto y/o recordar mi último relato, pincha aquí y al final del post vienen las instrucciones y cómo se creó.
– El segundo de ellos está ligado a mi cariño y admiración por la cocina y el buen cocinar . Durante el año 2012 hice un primer amago de intentarlo con un grupo que se formó en las redes sociales, y que se quedó muy parado. Y este 2013 lo voy a retomar con unas amigas imperfectas a partir de las recetas que nos irá sugiriendo una de ellas, se llama el Reto de Aittxe , y así trataremos de ver las versiones de una misma receta, de aprender cosillas y trucos unas de las otras. Para ver mi primer reto de cocina pincha aquí
Había amanecido como un día más.
La mañana en el colegio, entre las pruebas de matemáticas, los experimentos de ciencias, la clase de educación física, los cambios de clase aprovechados hasta el máximo intercambiando lazos de colores con sus compañeras…
Y al salir de clase, allí estaba su madre esperándola con una gran sonrisa, un suave beso, su merienda y una ¡ carta!
Qué lento había parecido pasar el tiempo aquella tarde entre deberes, baños, cena… Pero por fin se encontraba en su habitación. Ahora sólo faltaba que todos entrasen en su rutina nocturna para acurrucarse en su cama, y allí cobijada sobre su colchón y su colcha por fin poder perderse en aquellas letras que tanto deberían de contarla.
La pequeña se quedó en silencio tratando de escuchar los sonidos de la casa. Quería confirmar que nadie le molestaría cuando leyese esos poemas que él prometió mandar y ahora llegaban.