Archive of ‘Reflexiones’ categoría

Mi pequeña oración

¿Somos conscientes de que la vida es una sucesión encadenada de momentos, de horas, de días, de meses, de años… unos agradables, otros menos,… unos felices, otros menos,… unos en soledad, otros en compañía,… unos fríos, otros más calurosos, …?

¿ Cuántas son sin embargo las ocasiones en que tenemos la sensación de que el día ha sido igual que el anterior?  ( Porque, como ya hemos comentado en otras ocasiones, cada día vivimos cosas nuevas, momentos únicos, pese a no ser plenamente conscientes de ellos mientras que nos están pasando)

Hoy se presentaba un día más o menos normal, igual que el de ayer y similar al de mañana, pero no ha sido así.

Hoy me he encontrado con un montón de gente que no esperaba… de un modo no planficado para dar la despedida a una persona que ha sido importante para todos nosotros en un momento u otro de nuestras vidas.

Hoy ya sé que mañana no será como ayer porque ella ya no está. Porque aunque mi día podría ser muy similar, nunca será igual, ya que en el de mucha gente que me rodea su hueco se va a notar, porque su figura en sus vidas nadie podrá ocupar.

Me planteo mi papel como madre, como esposa, como hija, como hermana, como nieta, como amiga… Me planteo que sentido tiene cada uno de ellos sin hijas, sin marido, sin padres, sin hermana, sin abuela, sin amigos…

Descansa en paz.

Un día más… o no ?

Acaba el día y repaso mentalmente lo que he hecho hoy. A primera vista, ha sido un día más, un día normal de verano y trabajo.

Pero hoy me siento diferente.

¿ Por qué? Porque hoy, después de varios días, me he sentido dueña de mi día. Sí, me diréis que seguro que hay mil peros, y los ha habido, porque al vivir en familia nada depende y es sólo para ti, pero lo he conseguido. ¿ Cuál ha sido la clave? Hoy he podido salir más o menos a mi hora del trabajo, y ello me ha llevado a poder hacer cosas personales y profesionales.

Esto me lleva a pensar en las palabras conciliación, flexibilidad,motivación, (co) responsabilidad… e ilusión, buen humor, amor…

Hoy, después de un tiempo, he estado jugando con mis hijas sin hacer tripas corazón por ese dolor insoportable de cabeza, sin pensar que necesitaba que el reloj corriese para que llegase la hora de acostarles y poderme poner a trabajar de nuevo… he hecho ejercicios-juegos con la peque peque, he comentado cosas con la peque grande y he disfrutado, porque estar bien uno es muy importante para poder vivir las cosas y disfrutarlas con los que nos rodean en cada momento.

Es tan complicado romper los modelos de trabajo que nos envuelven y engullen.

Es tan duro darse cuenta uno de todo lo que se pierde por no poder estar con los suyos en determinados momentos del día y/o de su vida.

Y tú, qué día has tenido?

¿Seres cíclicos?

Estamos casi en agosto. En breve, estaremos de nuevo en septiembre, comenzando el “nuevo año escolar” y haciéndonos nuevos propósitos para este curso, que nos replantearemos cuatro meses después con el “nuevo año natural”.

Pero vamos a lo que en estos momentos nos ocupa y lo que consciente o inconscientemente muchos hacemos, y es decirnos:

… Ahora que:

–   Tenemos a un mes el fin de curso de los coles y a un vista el comienzo

–   Estamos pendientes de poder disfrutar de unos días de vacaciones en familia

… Es el momento de:

–   Hacer balance del año pasado

–    Planificar el que en breve comenzará

Y es cuando yo me veo replanteándome de nuevo las mismas cosas, o a mí me lo parecen, que hace apenas doce meses.

Pienso en cómo voy a organizarme con los coles, los extraescolares, los deberes, los menús semanales, las ropas y calzados de cole y fin de semana, las actividades de fin de semana… y veo que todo va encajando, como en un mecano, y de pronto la duda de meter revisiones de pediatras, meter visitas al médico por posibles catarros, intercalarlo con reuniones de trabajo imprevistas, cumpleaños de familiares y amigos, llamadas y encuentros con esos amigos que te llamarán y necesitarán de ti, o a los que llamarás y verás plof y tendrás que tratar de atender…  y… tener tiempo para mí y para mi pareja.

Empiezo a revisar ese tiempo que nos íbamos a obligar a sacar para nosotros, y veo que aunque en el momento que los hemos tenido nos han parecido un lujazo, al intentar evaluarlos juntos, han sido sólo migajas. Ese fin de semana sólo de mayores: no llegó. Esas salidas una vez al mes como pareja: parece que no han llegado a cinco en todo el año y algunas han sido por casualidad sin planificar ( no, no tengo que contar ir a hacer la compra sin niñas porque se han quedado jugando con sus abuelos o en un cumple de amiguitos)…

Y es ahora, aquí sentada, que pienso si merece la pena gastar la energía en planificar, en tratar de encontrar un equilibrio cuando al final se va sobreviviendo en el día a día… voy tratando de hacer cada momento lo que considero imprescindible para que todo salga bien en ese día, y  sin parar a evaluar cómo afectará ese día a lo que para ese año había planeado… porque la vida es así, una sucesión de días con cosas muy previsibles y otras poco controlables… y así, poco a poco se van pasando los años y vamos viendo cómo nos quedan más sueños por cumplir y menos tiempo ( en teoría por ley de vida) para hacerlos realidad.

Y al pensar en ello no puedo evitar sonreír, porque en el fondo, si puedo plantearme esto es porque tan mal no me va, verdad? Vamos a ver si en doce meses algo he podido cambiar: al menos el no sentirme mal al revivir mi ciclo vital.

Emoción, nervios, ilusión…

 Hay sentimientos que afloran en momentos de la vida muy especiales.

Es cierto que no puedo olvidar aquél primer beso, aquellas primeras vacaciones… y aunque según se viven parece que son los más mágicos y maravillosos y que nunca volverás a tener esas sensaciones tan únicas, en el momento en que un hijo llega a tu vida te das cuenta de que estos sentimientos no dejarán de repetirse.

La primera vez que ves su ecografía, el sonido de su corazón, sus movimientos en tu vientre… y ese primer contacto piel con piel, todo cambia en tu vida en cuestión de segundos.

Siempre he sido de lágrima fácil, pero desde que soy mamá, reconozco que hay demasiadas cosas que me hacen reaccionar con muchísima ilusión, alegría y emoción: sus primeros gestos, sus primeras miradas, caricias, sus primeras palabras con lengua de trapo, sus primeros pasitos, su primer mamá, su … son tantos momentos y todos ellos tan especiales, porque… pues porque sí, porque vienen de ellos.

En estos días, de fines de curso, y fiestas varias, una no puede evitar los nervios de preparar los trajes para los festivales de los peques, las sonrisas de complicidad al vivir con ellos los ensayos en cualquier momento del día con sus hermanos, …

Y llega el gran día! Hoy he tenido el primer festival de este año y un año más no he podido evitar emocionarme y echar alguna lagrimilla al ver a mi princesa bailando en el escenario disfrutando del momento con sus compañeros y sintiéndose especial. Ver esa sonrisa no tiene precio.

Soy afortunada, porque este es el sexto festival de seis que he ido. Y los seis los hemos visto en familia. Y soy consciente de que esto no es algo que puedan hoy en día afirmar y disfrutar muchos padres, a los sitios ocupados por abuelos me remito.

¿ Y tú, con qué te emocionas?

Sueños ¿ Dónde quedan nuestros sueños ?

Porque la vida es sueño

¿Cuándo aceptar que es posible que ya no cumplamos todos nuestros sueños? ¿El día que sopesamos si ya hemos pasado un tercio de nuestra  vida o más de la mitad? ¿El día que nos damos cuenta de que a nuestra edad nuestros padres nos parecían muy mayores?

¿Por qué tengo la sensación de que cada vez me acuerdo de, o tengo, menos sueños?

¿Será porque he logrado ya (más…)

1 18 19 20 21