Tiempo de nuevos propósitos

Estar tumbada en una gran cama a la vez que se teclean pensamientos y sentimientos con el mar al fondo, las palmeras moviéndose es todo un lujazo y muy grato cuando se procede de una ciudad sin playa, donde el asfalto abunda y es complicado teclear desde la cama con vistas a zonas verdes…

Aunque ahora que lo pienso, si pusiese mi cama sobre una gran plataforma de casi un metro y cambiase los tabiques de la casa para que me cupiese la cama en esa nueva posición, es posible que sí que pudiese ver las zonas verdes aunque lo del mar y las palmeras se complicaría… salvo si pusiese un bonito poster como el que tenía en mi habitación cuando era joven, aún más, y me encantaba soñar e imaginar ( aunque esto no sé si aún más que ahora)… pero en este último caso, no me haría falta la plataforma ni tirar tabique alguno.

Parece que todo es mejorable si nos lo proponemos y nuestro estado de ánimo es el correcto. Aunque claro, antes o después, hay que elegir. Y ser consecuente con los resultados de la elección. Esto último es primordial para tratar de estar y ser felices con nosotros mismos. Y como todos sabemos con los que nos rodean.

Siempre pienso que no depender del reloj, ya es en sí estar de vacaciones. A mis peques desde que empiezan las vacaciones escolares, les trato de hacer ver lo afortunadas que son porque tienen casi tres meses para hacer cosas distintas de los otros nueve meses. Porque aunque haya cosas que parecen las mismas, al final, el conjunto en el día, es muy diferente a un día escolar. Quiero que valoren cada día por sí mismo. El día escolar, el día de fin de semana, el festivo entre semana, el festivo de Navidad, el festivo de Semana Santa, el festivo vacacional de verano… No quiero que vivan pensando sólo en el fin de semana o en las vacaciones, porque eso ya lo hago yo y no me crea felicidad, es como descontar días, y eso no te hace disfrutar de cada uno de ellos.

Cuando puedes pararte a pensar, te das cuenta de que cada día, al terminar, te deja un montón de momentos únicos. Lo que pasa es que rápidamente los olvidamos. Sólo recordamos lo rutinario. Sólo evocamos lo súper buenísimo o lo súper malísimo. Pero en 24 horas son tantos momentos los que tenemos: buenos, malos, súper buenos, súper malos, … y todos ellos en el fondo únicos, diferentes, salvo que nosotros no lo queramos ver así.

Al estar aquí tumbada pienso en lo escasas que me suelen parecer las 24 horas de cada día.

Hay que hacer tantas cosas con 24 horas.

Queremos hacer tantas cosas en 24 horas.

Hay que dormir, hay que comer, hay que cuidarse, hay que cuidar a los peques, hay que cuidar a tu pareja, hay que cuidar a tus padres, hermanos, familiares, amigos, hay que trabajar, hay que limpiar, hay que comprar para alimentar, hay que… y claro todo esto hay que hacerlo de algún modo más o menos ordenado, es decir, hay que organizarlo y planificarlo… pero como no estamos solos ni controlamos todo, y somos simples humanos, no vale con organizar y planificar, sino que hay que reorganizar y replanificar cada vez que alguna de las cosas planificadas sufre alguna variación respecto a lo inicialmente planificado ( ya sea de duración, de inicio, de finalización, de resultados esperados, de personas que intervenían …)… De ahí que el buen propósito de planificar en mi caso no dure mucho pues pronto empiezo a ver los incumplimientos y el tiempo y esfuerzo que me supone actualizarlo y me frustre y lo deje…

No obstante, como septiembre empieza mañana, y es el momento de los buenos propósitos, yo voy a comenzar con dos muy sencillos y que no van por el momento sujetos a horarios definidos de inicio y finalización:

–          uno es tratar de ser una mujer H.A.P.P.Y. Os dejo el link sobre la definiciòn que hacen Cathy Greenberg y Barrett Avigdor http://www.emol.com/tendenciasymujer/Noticias/2011/08/29/21614/Fuera-culpa-guia-para-madres-trabajadoras-felices.aspx  

–          y otro es intentar asumir que las cosas pueden estar bien aunque se hagan de un modo distinto al mío ( en mi caso es muy importante porque si mi marido hace cosas pero luego voy “revisándolas” siguen colgando de mi cabeza, y eso quiero empezar a evitarlo y superarlo, creo que me vendrá muy bien, y además me gustaría este año darles nuevas responsabilidades a mis peques peques porque se me están haciendo peque grandes y esto me ayudaría mucho)

Voy a ver no obstante si en las próximas semanas, y tras iniciar el nuevo curso escolar, hacemos una buena planificación en familia para poderla ir revisando de modo periódico y poder organizar el tiempo de todos para tener tiempo de calidad como familia y como individuos.

Ahora, voy a volver a perder la mirada en esas palmeras, y voy a disfrutar de estos momentos de silencio y de pensamientos propios. Voy a tratar de acallar esos pensamientos sobre reuniones, uniformes, horarios,… que dentro de una semana tendré que vivir a estas mismas horas. Bendito mar. Bendito descansar.

Y tú, te has planteado ya cuáles van a ser tus buenos propósitos para este nuevo curso?

Cambio de ritmos

Recién inauguradas las vacaciones, con dos días tras el fin de semana, miro hacia atrás y tengo la sensación que hace mucho que estoy en este estado, y no es verdad.

 Imagino que es positivo, señal de que consigo desconectar. Aunque debo confesar que eso no significa que tenga momentos de debilidad y se me pase por la cabeza cosas pendientes que podría avanzar, pero por ahora resisto y me dedico a mi familia y a mí. Lo considero algo primordial.

En sólo dos días los horarios se han dado la vuelta. Leía ayer algo sobre mamá sargento vs mamá hippie, y es verdad. Ahora a las doce de la noche puedo estar tranquilamente leyendo, chateando, viendo películas, charlando… y a las seis de la mañana no hay problema en que sea o no de noche, media vuelta y a seguir durmiendo… el desayuno cuando la casa amanece ( las peques mandan), la comida después de ratos de juegos y risas, cuando el hambre llama, la merienda a media tarde sin miedo a que se nos junte con la cena, porque la verdad, cenamos cuando ya es de noche, no cuando nos indica el reloj que son las ocho ( porque el horario escolar es duro y no perdona salvo días excepcionales).

Lo más importante de estos cambios de ritmo es que nos permiten disfrutar mucho más de cada momento. O al menos esa sensación tengo yo. No depender del reloj es un lujo. El cansancio nos indica cuando dormir, el hambre cuando comer, y el resto del tiempo es para ocuparlo entre nosotros: jugando, leyendo, cocinando, charlando, tecleando,viendo la TV…haciendo esas cosas que durante el año parecen no tener hueco… o si lo tienen, saben a poco porque se hacen a la carrera…

Lo mejor es hacerlo todo sin contrarreloj, porque sí, el día a día del año, es una especie de carrera para  la que hay sólo  24 horas. Y en ese tiempo hay que dormir, alimentarse, cuidar de los hijos, cuidar de la casa, cuidar de tu pareja, cuidar de ti mismo, trabajar dentro y/o fuera, y … vivir ( aunque a veces la sensación más que de vivir sea de sobrevivir)…

Ahora , que estoy de vacaciones, voy a tratar de ver todo de un modo objetivo y me voy a hacer el propósito de reordenarlo y organizarlo de tal forma que las 24 horas del día a día me parezcan suficientes para todo lo que tengo que hacer cuando vuelva a cambiar de ritmo.

La vida sigue

UHoy, dentro de unas horas, hará una semana que nos dejó…y hoy hace apenas unas horas varias buenayis nuevas han llegado: un bebé, una boda…

Porque la vida sigue. Todo continua su curso aunque algunos dejen este tren.

Y de pronto, parece mentira que algo pasase hace tan sólo siete días… parece imposible hacer planes para esa boda sin contar con esa familia y el nuevo bebé…

Así, nos volcamos en las novedades y nos sentimos más fuertes por un momento para poder llevar esa pérdida con la que se aprende a convivir, aunque aún creamos que eso no será posible y nada volverá a ser como antes.

Pero ¿antes de qué?. Porque si paramos a pensarlo desde que nacemos nos vemos sometidos a muchas pérdidas y vamos amoldándonos a ellas, nos forjamos un carácter, una forma de ser íntimamente relacionada con esas pérdidas:el vientre materno,el regazo de tus padres,…,esos compañeros de edades tempranas, …

Por ello todo nos hace ser las personas completas que somos: tanto lo que perdimos, como lo que tenemos y, por supuesto, lo que tendremos.

Y tú sabes todo lo que te ha aportado todo lo que crees que has perdido?

Mi pequeña oración

¿Somos conscientes de que la vida es una sucesión encadenada de momentos, de horas, de días, de meses, de años… unos agradables, otros menos,… unos felices, otros menos,… unos en soledad, otros en compañía,… unos fríos, otros más calurosos, …?

¿ Cuántas son sin embargo las ocasiones en que tenemos la sensación de que el día ha sido igual que el anterior?  ( Porque, como ya hemos comentado en otras ocasiones, cada día vivimos cosas nuevas, momentos únicos, pese a no ser plenamente conscientes de ellos mientras que nos están pasando)

Hoy se presentaba un día más o menos normal, igual que el de ayer y similar al de mañana, pero no ha sido así.

Hoy me he encontrado con un montón de gente que no esperaba… de un modo no planficado para dar la despedida a una persona que ha sido importante para todos nosotros en un momento u otro de nuestras vidas.

Hoy ya sé que mañana no será como ayer porque ella ya no está. Porque aunque mi día podría ser muy similar, nunca será igual, ya que en el de mucha gente que me rodea su hueco se va a notar, porque su figura en sus vidas nadie podrá ocupar.

Me planteo mi papel como madre, como esposa, como hija, como hermana, como nieta, como amiga… Me planteo que sentido tiene cada uno de ellos sin hijas, sin marido, sin padres, sin hermana, sin abuela, sin amigos…

Descansa en paz.

Un día más… o no ?

Acaba el día y repaso mentalmente lo que he hecho hoy. A primera vista, ha sido un día más, un día normal de verano y trabajo.

Pero hoy me siento diferente.

¿ Por qué? Porque hoy, después de varios días, me he sentido dueña de mi día. Sí, me diréis que seguro que hay mil peros, y los ha habido, porque al vivir en familia nada depende y es sólo para ti, pero lo he conseguido. ¿ Cuál ha sido la clave? Hoy he podido salir más o menos a mi hora del trabajo, y ello me ha llevado a poder hacer cosas personales y profesionales.

Esto me lleva a pensar en las palabras conciliación, flexibilidad,motivación, (co) responsabilidad… e ilusión, buen humor, amor…

Hoy, después de un tiempo, he estado jugando con mis hijas sin hacer tripas corazón por ese dolor insoportable de cabeza, sin pensar que necesitaba que el reloj corriese para que llegase la hora de acostarles y poderme poner a trabajar de nuevo… he hecho ejercicios-juegos con la peque peque, he comentado cosas con la peque grande y he disfrutado, porque estar bien uno es muy importante para poder vivir las cosas y disfrutarlas con los que nos rodean en cada momento.

Es tan complicado romper los modelos de trabajo que nos envuelven y engullen.

Es tan duro darse cuenta uno de todo lo que se pierde por no poder estar con los suyos en determinados momentos del día y/o de su vida.

Y tú, qué día has tenido?

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